Ceremonial presentación Fajas Benditas.

Petición al Ministerio de Estado de de día y hora para la presentación a SS.MM. de las Fajas Benditas.

Guía de Protocolo Diplomático.

 

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Presentación Fajas Benditas. Ceremonial.

MINISTERIO DE ESTADO.

Ceremonial que ha de observarse en la presentación de las Fajas Benditas enviadas por Su Santidad León XIII para S.A.R. la Infanta heredera Doña María de las Mercedes, Isabel, Teresa, Cristina, Alfonsa, Jacinta, el año de 1880, siendo Nuncio Apostólico en estos Reinos Monseñor Bianchi, Arzobispo de Mira.

El Nuncio de Su Santidad, comisionado para presentar las Fajas Benditas a SS.MM., luego de tenerlas en su poder pedirá, por conducto del Ministro de Estado, día y hora para que tenga efecto esta solemne ceremonia.

Señalado el día y hora por S.M., el Ministro de Estado pasará el aviso al Mayordomo Mayor de S.M. y se darán las órdenes al Introductor de Embajadores y al Capitán General de Madrid por conducto del Ministerio de la Guerra para que, por sus respectivas dependencias, se disponga lo conveniente a fin de que tenga cumplido efecto cuanto se previene en este ceremonial.

A consecuencia de las comunicaciones dirigidas a Monseñor Nuncio, enviará éste la víspera de dicho día con uno de sus Secretarios la caja que contiene las fajas y la entregará en depósito y guarda a la persona nombrada por S.M. al efecto.

Al día siguiente volverá el mismo Secretario, y en la habitación de S.A.R. la Infanta heredera, y sobre unas mesas, se colocarán las Fajas y demás prendas Benditas que Su Santidad envíe.

Dos horas antes de la señalada por S.M. para recibir a Monseñor Nuncio, una compañía de preferencia, con bandera, de uno de los regimientos de la guarnición, pasará a dar la guardia de honor al Palacio de la Nunciatura. También irá, para servirle de escolta en el tránsito de allí a Palacio, una partida del Escuadrón Real.

La Casa Real enviará tres coches con tiro de caballos de toda gala con sus correspondientes lacayos y mancebos, un Caballerizo y correo. Éste se presentará al Introductor de Embajadores, que se hallará en casa del Nuncio con la debida anticipación, y le comunicará las órdenes necesarias para la marcha de la comitiva al Real Palacio, que se verificará en estos términos.

Abrirán la marcha cuatro batidores: seguirá a estos un coche con los Secretarios de Monseñor, luego el de respeto y después el destinado para S.E. en el que entrará sólo con el Introductor. El Oficial que mande la escolta se colocará al lado de la portezuela derecha y el Caballerizo al de la izquierda, seguirá la escolta y detrás los coches del Señor Nuncio.

Formados así se dirigirán al Real Palacio por Puerta Cerrada, calle Imperial, la de Atocha, Carretas, Puerta del Sol, calle Mayor, Arco de la Armería.

La guardia de Palacio formará en parada, y sólo el coche de Monseñor Nuncio pasará por medio, recibiendo a su paso los mismos honores que se hacen a S.M.

Se apeará el Nuncio con el Introductor al pie de la escalera principal y en toda ella estarán formados los guardias Alabarderos con la música del Cuerpo.

Bajarán al descanso de la escalera dos Mayordomos de semana nombrados al intento por el Señor Mayordomo Mayor, que recibirán al Nuncio y le acompañarán a la sala que se destine para que S.E. espere.

Los Mayordomos de semana avisarán en seguida a S.M. la llegada de Monseñor, y cuando SS.MM. ocupen el Trono y esté todo preparado, volverán para acompañarle.

SS.MM. estarán en el Trono de pie, teniendo ala derecha a sus Ministros y a los Grandes de España que son cubiertos, a su izquierda a las Damas y enfrente se colocarán los Mayordomos de semana y demás, según se acostumbra en las recepciones generales.

Si SS.MM. se sentaren, es necesario poner banqueta para el Nuncio.

Si S.M. el Rey se cubriere, y por consiguiente los Grandes, el Nuncio se pondrá su birrete.

Estando todo así, se descorrerá la cortina y el Introductor anunciará en voz alta al Nuncio de Su Santidad, el cual, inmediatamente acompañado del Introductor y de los dos Mayordomos de semana, hechas las tres reverencias de estilo, se acercará al pie del Trono y entregará a S.M. el Rey, después de pronunciar su discurso, los Breves de que es portador para SS.MM.

Sus Majestades se dignarán responder en los términos convenidos, bajarán del Trono, y seguidos de la Real servidumbre, llevando a su derecha al Muy Reverendo Nuncio, se dirijirán a la habitación de la Serma. Señora Infanta Heredera, en donde, como se ha dicho, estarán las mesas con las fajas y demás, y allí Monseñor colocará a S.A.R. la faja, pronunciando las oraciones que son del caso, y mostrará después a SS.MM., si lo tuviesen por conveniente, todos los objetos que Su Santidad envía.

Concluido este acto, Su Eminencia se despedirá de SS.MM. y pasará, acompañado del Introductor y de los dos Mayordomos de semana, a las habitaciones de S.A.R. la Infanta Doña Isabel y de S.A.I. y R. la Archiduquesa Madre, para entregar a SS.AA. los Breves de que es igualmente portador.

Acto continuo regresará al Palacio de la Nunciatura, del mismo modo y forma con que fué a Palacio, y se retirará la guardia y la escolta a la orden del Introductor de Embajadores.

Si la hora lo permitiese, Monseñor Nuncio pasará después en uno de sus coches, acompañado del Introductor, a visitar al Señor Presidente del Consejo de Ministros y al Señor Ministro de Estado, los que le devolverán la visita pocos momentos después.