Ceremonial y Etiqueta en el extranjero. II.

Antiguamente la menor cuestión de etiqueta, era el tema preferente que absorbía por completo la atención y la negociación de los Embajadores

Guía de Protocolo Diplomático.

 

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Ceremonial y Etiqueta en el extranjero.

Además de que el verdadero signo de la civilización de un país ha sido siempre el respeto y el prestigio de que se ha rodeado al Cuerpo Diplomático que estaba establecido en él, viéndose que mientras en Constantinopla se maltrataba y hasta se insultaba a un Embajador (Wicquefort. "L'Ambassadeur et ses fonctions", página 306), en Francia se reconocía a las esposas de éstos el título de Embajadoras; que en la etiqueta de su Corte, siempre se concedió el mayor respeto al Cuerpo Diplomático, y que hoy mismo, a pesar de la forma republicana con que se rige aquella gran nación, se ha adoptado para el Cuerpo Diplomático el mismo Ceremonial que tenía el Imperio.

Y así como China, encerrada en sus insuperables murallas, vive atrasada y refractaria a toda civilización, víctima del dogma religioso, que le impone el más profundo horror hacia todo lo extranjero; el Japón, que arrojando lejos de sí semejantes ideas, se ha lanzado en el estudio de la organización de la Europa moderna, impulsado por sus adelantados sentimientos de civilización y su asombroso desarrollo, lo primero que ha tratado de organizar, es su servicio diplomático, y rodear a las Misiones allí acreditadas de los privilegios y consideraciones que ha visto se le conceden en los países más civilizados, ha conquistado así entre ellos el honrosísimo puesto que hoy le corresponde.

Como es imposible indicar una regla fija determinando la recepción de los Agentes Diplomáticos en cada una de las Cortes del mundo, creemos que después de lo que hemos dicho anteriormente sobre la Etiqueta de la Corte de España, la mejor manera de dar una idea general de esta Etiqueta, es copiar a continuación los Ceremoniales, hoy vigentes en Alemania, Austria, Francia, Gran Bretaña, Italia, Rusia y Turquía, incluyendo en este tomo, al tratar de la Corte Pontificia, el que la corresponde, porque de este modo, es ya más fácil comprender lo que se refiere a la presentación de Credenciales a un Soberano, y los actos de Etiqueta a que da lugar la llegada de un Ministro extranjero a una capital, con ligeras modificaciones.

Los Ceremoniales de las Cortes de menor importancia, como las de Bélgica, Holanda, Portugal, Rumania, Suecia, etc., y el de Suiza, son poco más o menos parecidos, con la circunstancia, de que no habiendo en esos paises recepción de Embajadores, la Etiqueta se simplifica muchísimo, aumentando las consideraciones y privilegios de los Ministros Plenipotenciarios.

En América, hay naciones como el Brasil, la República del Uruguay y la de Chile, etc., que han adoptado un Ceremonial parecido al español, aunque con la diferencia de que los Ministros Plenipotenciarios y Residentes, tienen una recepción sumamente distinguida, parecida casi a la de un Embajador.

En otros países, como por ejemplo, los Estados Unidos, aunque realmente tienen un Ceremonial, ni se observa ni casi se conoce, pues la solemne entrega de credenciales se reduce a una simple visita, en la que no se pronuncian discursos y a la que no asiste el Ministro de Negocios Extranjeros. Generalmente se va a este acto de levita, y solamente para la recepción de primero de año, o para el banquete o baile de la Presidencia, se va a la Casa Blanca de uniforme.

No hemos publicado ei Ceremonial de la Corte de Tokio, porque precisamente en este momento, el Gobierno japonés se ocupa de que se redacte uno ajustado a los usos europeos, y no hemos podido obtener datos muy seguros respecto del de China. Tampoco nos ocupamos de lo que se hace en Persia, porque la falta de relaciones con aquel país, haría casi inútil los datos que nos hemos procurado, y que no se relacionan con España.

Nuestra Misión en Marruecos, como reside en Tánger, tampoco tiene ningún Ceremonial especial.

A los Ceremoniales de las grandes Potencias, hemos añadido el de la muerte de un Rey, y la proclamación de su sucesor; el de la muerte del Rey de España, el expediente y el Ceremonial de la imposición del collar de la muy insigne Orden del Toisón de Oro (una de ellas en París y la otra en el Vaticano), una reseña de Recepciones y banquetes en las Embajadas y Legaciones en el extranjero, y un apunte de la Etiqueta en dichas Misiones y el Ceremonial marítimo español.