Entrada en palacio con palio de los Señores Reyes después de heredados.

Avísase a los Consejeros para que el día antes de la entrada vengan en público a besar la mano a S. M.

Guía de Protocolo Diplomático.

 

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Cuando mueren los Señores Reyes de España, el sucesor se retira al cuarto real del Convento Real de San Jerónimo, donde hace las honras del difunto, y en el ínterin se previene lo necesario para la entrada.

Avísase a los Consejeros para que el día antes de la entrada vengan en público a besar la mano a S. M., siendo el primero el Consejo Real, después los de Aragón, Inquisición, Italia, Flandes, Indias, Órdenes, Hacienda y Cruzada. Llega el Presidente de cada Consejo el primero, y en besando la mano se queda al lado izquierdo de la tarima para ir nombrando los del Consejo, como se siguen por su antigüedad, volviéndose a su lugar, y en acabando cada Consejo y Secretarios con la ceremonia, vuelve a salir todo en un cuerpo.

El día de la entrada sale la Villa del Ayuntamiento, a caballo delante los Ministros inferiores, después cuatro maceros, luego, por sus antigüedades, el Procurador General, Escribanos del Ayuntamiento y Regidores, el último, entre los dos Regidores más antiguos, el Corregidor, y detrás el Alguacil Mayor, Contadores y Receptores, todos vestidos de luto.

La Villa besa a S. M. la mano, los primeros el Corregidor y el más antiguo Regidor, y se quedan al lado izquierdo de la tarima y va llegando por su antigüedad todo el Ayuntamiento, y en acabando se vuelven a salir para esperar a la puerta, que se forma a la entrada de la calle de la Carrera de San Jerónimo a las esquinas del Prado, donde está prevenido el palio, y cerca del arma de la Villa un tablado alfombrado y con bancos de respaldo y barandillas para aguardar hasta que llegue S. M.

Sale de la Caballeriza de S. M. el caballo y le acompañan delante los Oficiales menores de la casa de los pajes, luego los mozos de trailla, después los Oficiales de manos, todos de tres en tres; siguen los Correos, Librador, Ayudas de furrier y los demás Oficiales de la Caballeriza; tras éstos, Ballesteros, luego Armero mayor, Furrier, Palafrenero, Sobrestante de coches y Picadores, todos descubiertos, y después cubiertos los Pajes con su ayo, los Caballerizos, y el Veedor con ellos el último, el primer Caballerizo solo delante del caballo de Su Majestad, que le lleva el lacayo más antiguo, y otro la vara en cuerpo, y al lado del caballo el Guadarnés o un ayuda suyo para tomar el terliz cuando S. M. se hubiere de poner a caballo y para volverle a poner cuando se apea.

Al caballo de S. M. siguen los de respeto, en primer lugar el que ha de servir al Caballerizo Mayor, todos con terlices, y los coches detrás, y en llegando al zaguán toma el lugar el caballo y coche de S. M. y el de respeto que sirve al Caballerizo Mayor como está dicho.

Cuando S. M. baja a ponerse a caballo, las guardias están en dos hileras, a la mano derecha la española y a la izquierda la alemana; el lacayo más antiguo llega el caballo a la gradilla y el primer Caballerizo quita el terliz y almartiga y lo da al Guadarnés. El Caballerizo Mayor pone a S. M. el estribo en el pié izquierdo y ayuda a subir a S. M., y el primer Caballerizo tiene el estribo derecho; no habiendo primer Caballerizo, sirve en esta función el Gentil-hombre de Cámara más antiguo.

Los Capitanes de las guardias española y alemana en cuerpo, con bastones, despejan el paso, y dan principio al acompañamiento los trompetas y atabales a caballo.

Alcaldes de Corte.

Capitanes ordinarios.

Costilleres.

Acroes y caballeros conocidos.

Títulos y Gentiles hombres de la boca.

Secretarios de Estado.

Maceros con las mazas a los lados en hilera como las guardias.

Mayordomos.

Grandes.

Reyes de Armas con las cotas de armas plenas.

El Conde de Oropesa descubierto, con el estoque al hombro desnudo (preeminencia antigua en su casa), el cual le entrega S. M. desnudo en el antecámara, habiéndole tomado de mano del Caballerizo Mayor, a quien le sirve el Guadarnés en una fuente y en ausencia o falta del Conde le lleva el Caballerizo Mayor. Después, delante del palio, los Oficiales de la caballeriza como están nombrados, y con los Caballerizos, los Tenientes de las guardias, y al lado derecho de S. M. el primer Caballerizo a pie, descubierto, y detrás el de a caballo; fuera del palio, el guadarnés con el terliz.

Detrás de S. M. van los Embajadores por sus precedentes, el Caballerizo Mayor, si no lleva el estoque, Mayordomo Mayor y Capitán de la guardia de Archeros, y tras ellos los Consejeros de Estado y Gentiles hombres de Cámara que no son grandes.

La Compañía de Archeros a caballo, con pistolas de arzón y jabalinas, cierra el acompañamiento desde el medio cuerpo del caballo de S. M., llevando detrás de los Gentiles-hombres de Cámara el caballo de respeto de S. M.; cerrando los Archeros, siguen los demás caballos de respeto.

Coches de S. M.

Coche de respeto de S. M. que sirve al Caballerizo Mayor.

Coche de Cámara.

Los demás coches de la caballeriza de S. M.

En el pórtico de Santa María espera a S. M. el Arzobispo de Toledo, por ser en su diócesis, y si él no se halla en la Corte, otro Prelado vestido de Pontifical y en las manos una Cruz, que suele ser la que S. M. tiene en la guardajoyas con la reliquia del "Ligmim crucis", a que alumbran cuatro Pajes con hachas, acompañándole dos diáconos y otros Capellanes de honor por asistentes con capas, y un Ayuda de Oratorio con el guión de la capilla, y al guión alumbran dos pajes con hachas.

Apéase S. M., Embajadores, Grandes, Mayordomos y Gentiles-hombres de la Cámara junto a las gradas del pórtico de la Iglesia, que para este efecto está alfombrado, y allí se adelanta el Prelado con sus ministros en forma de procesión; el Mayordomo Mayor, o el de semana sirve la almohada en que se hinca de rodillas para adorar la Cruz. Luego entra en la Iglesia, y en estando en el sitial y el Prelado en el Altar mayor, comienza el coro el "Te Deum Laudamus".

El Prelado dice los versos y oraciones que para estas ocasiones dispone el ceremonial Romano, y haciendo la cortesía a S. M., y genuflexión al Santísimo Sacramento, que está descubierto, echa la bendición al pueblo.

Acabada esta ceremonia, S. M. sale y se pone a caballo en la forma que la primera vez, y la Capilla, cantando, le acompaña hasta los últimos términos de las paredes de la Iglesia.

Si es de noche y los Pajes toman las hachas para alumbrar a S. M., pasan delante los Caballerizos y sólo queda detrás de ellos el primer Caballerizo.

Llegando S. M., se apea en la grada del zaguán y sube por la escalera principal, y entra por la sala, saleta y antecámara a su aposento, quedándose todos en las piezas donde tienen su entrada.