Precedencia entre los individuos del Cuerpo Diplomático.

La regla para acordar la precedencia entre los Jefes de Misión de la misma categoría, es la fecha de la presentación de Credenciales.

Guía de Protocolo Diplomático.

 

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La regla para acordar la precedencia entre los Jefes de Misión de la misma categoría, es la fecha de la presentación de Credenciales.

Así se observa en las Cortes de Bruselas, Londres, París, Roma (Santa Sede y Corte de Italia) y Viena; y otras, aunque pocas, computan la antigüedad por la fecha de las Cartas Credenciales.

Las personas encargadas de Misiones extraordinarias o de cortesía, no tienen rango diplomático, propiamente dicho; pero por una costumbre de galante hospitalidad, el Cuerpo Diplomático residente en la Corte les cede siempre el paso. Entre sí se da la precedencia a los que están revestidos de mayor categoría, y entre los de la misma, al que haya entregado antes sus Cartas Credenciales. (Barón García de la Vega, "Guide des Agents politiques".)

Tampoco existe ya ninguna preferencia para las Misiones llamadas de familia, a propósito de las que trascribimos esta minuta de puño y letra del Conde de Florídablanca:

Embajador de familia.

Entrega de Credenciales.

Para que no se vuelva a dudar lo que se practica en el recibo y presentación de los Embajadores de familia, se advierte aquí lo ejecutado con el Duque de la Vauguión:

Luego que llegó este Embajador dio aviso al primer Secretario de Estado, pidiendo hora para presentarle; se le dio para el día siguiente por la noche. Cuando se presentó entregó copia de la Carta de Gabinete, de la Credencial y Cancillería, y mostró una de propio puño del Rey Cristianísimo que separadamente escribía, según estilo, a S. M. Dio cuenta el Secretario de Estado al Rey inmediatamente, y Su Majestad señaló la hora de recibir al Duque, y fué poco antes de medio día.

El Embajador debía esperar, según estilo, en la primera Secretaría de Estado hasta que el Secretario le avisase que el Rey le aguardaba; pero por no detener mucho a S. M.. se previno al Embajador esperase en la pieza en que el Rey come. S. M., sin tomar el sombrero, bastón ni espada, y sin mesa o silla, en una palabra, sin ceremonia alguna, avisó y recibió al Embajador en su propio gabinete, a donde fué conducido por el Secretario de Estado, que estuvo presente a toda la Audiencia en que el Embajador presentó sus Cartas y arengó a S. M.

Después salió el Embajador a la pieza inmediata donde el Rey recibe a los Embajadores de familia, y el Secretario de Estado quedó con S. M. para recoger las Cartas y tomar sus órdenes. En seguida condujo el mismo Secretario de Estado al Embajador a la Audiencia de los Principes, que también le recibieron juntos en su gabinete, sin ceremonia alguna, y al día siguiente fué conducido a Audiencia de visita de las demás personas Reales por el mismo Secretario de Estado y en iguales términos.

ARANJUEZ 18 de Mayo de 1785.

El Secretario de Estado pagó la visita al Embajador al día siguiente de su presentación al Rey.

(Minuta de puño y letra del Conde de Floridablanca.)

El orden de precedencia entre los Jefes de Misiones extranjeras, no se altera regularmente cuando a la muerte del Soberano cerca del cual están acreditados tienen que presentar nuevas Credenciales a su Sucesor, aun cuando la diferencia de distancia de su respectiva Corte retrase la presentación de los que eran antes más antiguos, pues siempre se conviene de común acuerdo que cada cual las entregue conforme vayan llegando, pero conservando el orden de antigüedad que tenían con el anterior Soberano; así se ha practicado casi siempre, y últimamente en Roma, tanto después del fallecimiento de Víctor Manuel II como del de Pío IX, los Jefes de Misión de los dos Cuerpos Diplomáticos que se reúnen en la Ciudad Eterna conservaron el orden que tenían antes del advenimiento de Humberto I y de León XIII en 1878, y lo mismo se observó en Madrid en 1885.