Saludar en México. Vida social y comportamiento público

Los mexicanos son muy atentos y les gusta tratar muy bien a sus invitados. Los mexicanos son unos estupendos anfitriones

 

Etiqueta social México. Muchachos en la calle foto base vladimirzakatov - Pixabay

Etiqueta social: buenas maneras y cortesía para la vida social en México

Cuando visitamos un país para hacer negocios, además de las relaciones profesionales con nuestros anfitriones, vamos a tener que cumplir algunos compromisos sociales. Las relaciones laborales y las relaciones sociales van a ser importantes para conseguir nuestros objetivos.

Las reglas de etiqueta son bastante universales, pero cada país puede tener algunas peculiaridades en la forma de relacionarse con los demás y en otras cuestiones relacionadas con los usos, las tradiciones y las costumbres.

Normas de cortesía y etiqueta social en México para el día a día

1. Saludos y presentaciones. El saludo más habitual en México es conocido apretón de manos. Cuando un mexicano da la mano suele hacerlo con un gesto fuerte y prolongado. Algunas veces, para realzar este saludo se toma del antebrazo e incluso se propina una palmada en el hombro. Pero hacer esta 'prolongación' del saludo tradicional de dar la mano, hay que tener una cierta confianza. Si las personas son bastante conocidas o familiares, se puede llegar al abrazo y al beso en la mejilla.

A las mujeres se las saluda cuando ellas extienden su brazo. Es más correcto dejar que sean ellas la que 'empicen' el saludo. En el caso de familiaridad o cercanía también se puede dar uno o dos besos a una mujer.

El apretón de manos es un gesto válido tanto para las presentaciones como para las despedidas.

2. Recibir y acompañar. Los mexicanos son muy atentos, buenos anfitriones y les gusta tratar muy bien a sus invitados. Por eso no es de extrañar si salen a recibirnos a la puerta o nos acompañan a la salida de su despacho o de una sala de reuniones. Esta cortesía es muy habitual en los mexicanos.

3. Espacio personal y social. Los mexicanos son muy cercanos y eso se puede ver cuando se habla con ellos. El espacio personal es muy reducido, les gusta la cercanía con la gente -cosa que a los extranjeros no latinos no les suele gustar demasiado-. Por esta razón, no debemos tratar de alejarnos demasiado de ellos, porque puede ser interpretado como un signo de inseguridad o desconfianza. Además, retroceder puede que no nos sirva de nada pues, seguramente, nuestro interlocutor se volverá a acerca de nuevo a nosotros.

4. Gestos y lenguaje no verbal. Tener las manos en los bolsillos es una falta de educación cuando se está hablando con alguien. Debemos mantener siempre las manos fuera de sus bolsillos, aunque no sepamos muy bien qué hacer con ellas.

El gesto de "ponerse en jarras" (las manos apoyadas en las caderas) es un signo de reto o desafío. Por eso debemos evitar hacer esta postura. Tampoco suelen utilizar el signo de O.K. que los americanos hacen con las manos, para ellos es una cosa bastante vulgar y yanqui. Tampoco es correcto algunos gestos como rascarse ciertas partes del cuerpo, hurgarse la nariz o el oído y cualquier otro gesto similar cuando estamos en compañía de otras personas.

5. Religión y creencias. La mayor parte de la población mexicana es católica; por esta razón debemos evitar cualquier tipo de ofensa o burla a esta religión o a Dios. También, en la medida de lo posible, evitemos cualquier tipo de crítica a esta religión o a sus representantes. Respetemos todas las creencias, con independencia de nuestra opinión sobre ellas.

6. Salir de compras. Cuando vayamos de comprar por la tiendas debemos tener muy presente que los mexicanos dan el dinero a la mano, no lo posan sobre el mostrador o en cualquier otro lugar. El dinero debe darse a la mano. Ponerlo en el mostrador puede ser interpretado como un gesto de desprecio o descortesía.

7. Propinas. Los mexicanos empiezan a tomar costumbres americanas y algunos establecimientos ya la incluyen en la cuenta. Pero en su mayor parte, aun conservan las costumbres más españolas y la propina se da voluntariamente. Se suele dejar propina en restaurantes, hoteles, a los limpiabotas, taxis y otros servicios.

8. Puntualidad. Si viajamos a la capital debemos tener en cuenta la hora de las citas, tanto laborales como sociales. La capital tiene un tráfico muy intenso, por no decir algo caótico, y puede que tardemos más de lo previsto en llegar a nuestro destino. Debemos tenerlo en cuenta a la hora de planificar el día y establecer unos márgenes de tiempo amplios para evitar caer en la impuntualidad.