Fallaron las formas.

Ali Bembousta. Rabat alegó razones de "imagen y de protocolo'' para justificar la ausencia de Benaïssa.

 

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La Ministra, Ana Palacio, llegó al aeropuerto civil de Rabat a las 10 horas (las 12 en España), pero no fue recibida por el ministro Mohamed Benaissa, como en principio estaba previsto, ni tampoco por su secretario de Estado para Asuntos Exteriores. Fassi-Fihri, sino por el responsable de protocolo, Ali Bembousta. Rabat alegó razones de "imagen y de protocolo'' para justificar la ausencia de Benaïssa, pues antes del encuentro con el ministro marroquí, la jefa de la diplomacia española tenía previsto dirigirse a la Embajada de España en Rabat, para reunirse con el personal de la legación diplomática y con el encargado de Negocios, Eduardo Ibáñez, que cumple el papel de embajador en funciones, desde que fue llamado a consultas, la semana pasada, Fernando Arias Salgado.

Si las formas son importantes en las relaciones entre los países, lo mínimo que se puede decir es que la diplomacia marroquí faltó de tacto, y ni siquiera el bueno de Ali Bembousta pudo deshacer el entuerto de sus superiores. Pero Ana Palacio no mostró el menor enfado, aunque su cara tampoco reflejaba demasiada alegría.