Retratos de poder. Los líderes mundiales en la ONU.

El fotógrafo Platon Antoniou atraviesa las tupidas capas de protocolo para examinar de cerca los rostros de los líderes mundiales.

 

Emblema de la ONU. Emblema de la Organización de las Naciones Unidas. protocolo.org

La imagen del poder.

En septiembre de 2009 los líderes mundiales se reunieron en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York. El reconocido retratista Platon Antoniou se embarcó en el proyecto de retratarlos.

Para ello tuvo que esforzarse más en entender las muchas veces sutiles normas protocolarias que en la técnica fotográfica.

Platon cuenta que los encargados de Protocolo, auténticos maestros de lenguaje corporal, eran capaces en pocos segundos de dirigir la atención y la dirección de las grandes personalidades, utilizando sus manos, sus piernas y su cuerpo sin que nunca pareciera que los líderes estuvieran perdidos o abrumados por el trasiego de los distintos equipos diplomáticos internacionales, aunque en realidad muchos lo estaban.

La sensacional colección de retratos resultantes se puede ver en el número de diciembre de la revista New Yorker , además también ofrecen el lujo de escuchar las impresiones del fotógrafo en cada retrato.

Las imágenes impresionan por su calidad, pero también porque las personas retratadas ofrecen una profundidad generalmente pasada por alto en el trasiego de las noticias diarias, concediéndoles una importancia personal e íntima a los hombres y mujeres que estaban allí representándose no a sí mismos sino a las naciones que dirigen.

Platon. Platon retratando a Tony Blair en la ONU protocolo.org

Platon tuvo un acelerado curso de Protocolo del propio Ban Ki-moon, y según él una importante ayuda, cuando el secretario general de las Naciones Unidas le saludaba constantemente al cruzarse con él, haciendo que muchos de los líderes que en principio desconfiaban del proyecto se animaran a participar.

El fotógrafo describe su admiración por los profesionales de protocolo, de los que aprendió observándoles, destacando que la mayor parte de las veces su tarea consiste en que los trámites fluyan como si no fuesen tales, y en rectificar situaciones incómodas de forma natural e inapreciable.