¿Qué podemos hacer con los detalles gastronómicos que nos regalan nuestros invitados? Compartirlos o guardarlos

Es una costumbre muy habitual llevar una botella de vino o unos dulces a casa de los anfitriones. Dependiendo de la ocasión se pueden compartir con los demás invitados o guardarlos para una ocasión posterior

 

Qué hacer cuando nos regalan comida o bebida. Una mujer ofrece a su vecina una fuente con un comida preparada protocolo.org - FP Pro

Qué podemos hacer cuando nos regalan comida o bebida

Los invitados se presentan con una botella de vino o una bandeja de pastas o pasteles ¿qué hago con estos "detalles" gastronómicos?

Una costumbre muy extendida en casi todos los países del mundo es llevar un regalo a los anfitriones, cuando nos invitan a su casa. En muchos casos, este regalo tiene que ver con la gastronomía: comida o bebida.

Qué hacer con este tipo de regalos

Depende, principalmente, de dos factores importantes:

1. Número de invitados que tengamos.

2. Tipo de celebración o reunión.

Si estamos de visita, es probable que quieran compartir ese licor o vino, esos bombones o pastas o cualquier otra cosa que les hemos llevado como regalo.

Por el contrario, si celebran una fiesta es probable que el regalo gastronómico lo guarden para degustar en una ocasión posterior porque no sería suficiente para compartir con todos los invitados. Si hay poco invitados, un vino se puede poner como aperitivo y unos dulces se pueden ofrecer a los postres.

Agradecer pero reservar para otra ocasión

Hay ocasiones en las que el regalo gastronómico no "cuadra" dentro de lo que teníamos previsto servir, por lo que a la vez que demostramos nuestro agradecimiento les haremos saber las razones para reservarlo para una ocasión posterior. Si sabemos que los invitados son muy 'sensibles' podemos hacer alguna variación en nuestras previsiones y trataremos de 'encajarlo' de alguna manera a lo largo de la celebración.

Si nos regalan unos dulces, y ya tenemos un postre preparado, que suele ser lo habitual, podemos dejar esos dulces para el café, o para un momento posterior de la velada, cuando los estómagos ya admitan, a media fiesta, algún tipo de ligero tentempié.

Si estos dulces nos pueden trastocar nuestros planes, debemos agradecer el detalle e indicar que los disfrutaremos en una ocasión posterior, o se puede invitar de nuevo al día siguiente a una merienda, café o té para degustarlos.

Cuando nos regalan una botella de vino, lo mejor será agradecer el detalle e indicar que no es posible servirlo ese día por varias razones. No hay una cantidad suficiente para todos los invitados; no está a la temperatura adecuada para servirlo; no "casa" (maridaje) con el menú que tenemos previsto servir. Lo guardaremos y lo ofreceremos en otra ocasión. Al igual que los dulces, si hay algún momento de la fiesta en la que podemos servirlo, por ejemplo un aperitivo previo, lo haremos como detalle de cortesía hacia nuestros invitados.

Por último, recordar que si seguimos el protocolo social más estricto no se debería regalar ni vino, ni licores, ni dulces, etc. Es decir, nada de regalos gastronómicos. De esta forma se evitan este tipo de situaciones amén de choques culturas y religiosos, sobre todo si no conocemos muy bien a los anfitriones.