El día de acción de gracias (thanksgiving day). Etiqueta, comportamiento y consejos

El pavo es el gran protagonista de la mayor parte de las mesas en donde se celebra el día de Acción de Gracias

 

Pavo. Mesa con pavo del día de acción de gracias. xybermatthew

La tradición del día de Acción de Gracias. Thaksgiving day, un paso previo a la Navidad

La cena de acción de gracias es todo un acontecimiento social y, sobre todo familiar, en los Estados Unidos y en Canadá, principalmente. Seguramente es una de las celebraciones más importantes, si no la más, de todas las que se celebran en estos países. Se celebra el cuarto jueves del mes noviembre, aunque originariamente, se celebraba el último jueves del mes de noviembre. En Canadá se celebra en el mes de octubre, el segundo lunes de octubre.

Este celebración tiene su origen en el agradecimiento que los agricultores daban a Dios por la buena cosecha del pasado año y por la bendición que deseaban tener para que la cosecha del año en curso también fuera bien. En definitiva, era un día para dar las gracias.

La importancia de la celebración es porque suele ser uno de los pocos días del año en los que se reúne toda la familia en torno a una mesa. Como en cualquier otra cena o comida familiar hay que tener en cuenta una serie de consejos de etiqueta a tener en cuenta para tener una velada agradable.

Reglas de cortesía, comportamiento y etiqueta para la cena de Acción de Gracias -Thanksgiving day-

1. Actitud positiva, cero problemas

Hay que acudir a la cena familiar cargado de optimismo y con una actitud positiva para no "aguar" la fiesta a los demás. Hay que tratar de dejar los problemas en la puerta y disfrutar de la cena y de la compañía. Bien sea junto a la familia, junto a un grupo de amigos o con las personas con las que nos reunamos esa noche.

2. Puntualidad: no hacer esperar a los demás

En este tipo de celebraciones es habitual que haya una gran cantidad de personas invitadas -algunas vienen de fuera- y hay que tratar de ser puntuales para no hacer esperar al resto de los invitados. No solo como cortesía hacia las personas que han llegado a tiempo, sino por los propios alimentos que puede que no estén en óptimas condiciones si no se sirven a la hora prevista. Además el retraso de algunos invitados puede causar el enfado de los anfitriones, y no es una buena forma de empezar la noche.

Vestuario. Reglas de etiqueta para vestir

Salvo alguna tradición familias 'especial' en cuanto al vestuario, debemos vestir tal y como lo hacemos para cualquier otro tipo de encuentro o reunión familiar. Ni con su ropa de trabajo ni con una ropa de etiqueta no acorde a los usos y costumbres de nuestra casa o del lugar donde celebremos el día de Acción de Gracias en esa ocasión. El vestuario debe ser acorde y en sintonía con el del resto de los invitados.

Orden: cada persona en su sitio

En la mesa el orden de colocación de los comensales suele ser realizado en base al criterio de la edad. Los abuelos o personas de mayor edad son los que presiden la mesa, y luego, en orden decreciente a la edad, se van colocando el resto de los invitados. Los niños pueden ser ubicados en un lugar determinado por cuestiones prácticas, y pueden sentarse al lado de sus padres por si fuera necesario atenderles para cortarles los alimentos, vigilar cómo comen, etcétera.

Servir la comida: ¿a quién servimos primero?

A la hora de servir los platos, se puede seguir el mismo criterio que el del orden de colocación de los comensales. De mayor a menor. Es decir, la persona de más edad es la primera en recibir su comida. Al igual que el orden de colocación de invitados, el orden de servicio puede variar por razones prácticas. Nadie debe empezar a comer hasta que todos estén servidos. Una vez que todo el mundo tiene la comida en su plato, ya pueden empezar a comer, o bien se puede esperar a que lo haga quien preside la mesa.

¿Quién me pasa o acerca...?

Es muy habitual un intercambio de cosas a lo largo de la cena. Acercar una fuente para repetir, una salsera para añadir salsa a su plato, pedir el bol que contiene la ensalada, o simplemente alcanzar el salero. Es bueno recordar que no se cruza el brazo por delante de otras personas. Si no alcanzamos lo que queremos, debemos pedirlo y nos lo acercarán. No se pasa comida entre platos, ni se meten los cubiertos en otro plato que no sea el nuestro.

Conversación. ¡Cuidado con lo que se habla en la mesa!

Generalmente se hablan temas familiares, se recuerdan experiencias y cenas pasadas. También, se puede recordar a las personas que faltan, y se cuentan cosas que nos han pasado durante el año, ya que muchos de los invitados solo se ven en estas cenas o muy de cuando en cuando. No es correcto hablar de enfermedades, accidentes y cosas desagradables. Ni tampoco es conveniente hablar de temas que generan polémica, sobre todo si sabemos que cada uno es de un equipo distinto o de partidos políticos rivales, por poner algunos ejemplos. En estos casos, es bueno que alguien ejerza de moderador. Alguien con fuerza y autoridad como pueden ser los padres o los mayores de la casa.

Comer: reglas básicas de etiqueta y comportamiento

Es de suponer, que todos los comensales saben utilizar los cubiertos, la servilleta, las copas y todos los elementos que están sobre la mesa. Si desconocemos el uso de alguno de estos utensilio, no debemos dudar en preguntar.

Comportamiento general en la mesa y fuera de ella

En la mesa debemos comportarnos con corrección. Tanto en una conversación, como utilizando los cubiertos o comiendo. También hay que saber cómo sentarse de forma adecuada y correcta. Nada de balanceos con la silla o tirarse hacia atrás con el consiguiente peligro de caerse, ni comportamientos por el estilo -propios únicamente de los niños, a los que tampoco hay que dejar que los hagan-.

El final de la comida: la sobremesa

Al terminar de cenar no debemos levantarnos de la mesa de forma inmediata. Hay que tratar de hacer un rato de sobremesa y conversar con todos los invitados -es el momento de moverse y hacer algunos intercambios de asiento-. Si queremos fumar debemos preguntar si es posible a los dueños de la casa y averiguar si al resto de los invitados no les molesta. Aunque, la mejor opción es hacerlo fuera, en un balcón, jardín, porche o cualquier otro lugar alejado de la mesa.