Los señores están servidos. El arte de comer.

Ya tenemos "puesta la mesa" de una manera correcta y ya la sabemos "poner". Pues ahora es preciso aprender a servirla.

Ediciones de la Sección Femenina, Departamento de Cultura. 1.955

 

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Convivencia Social. Formación Familiar y Social. Tercer curso.

Ya tenemos "puesta la mesa" de una manera correcta y ya la sabemos "poner". Pues ahora es preciso aprender a servirla.

Hoy tenemos que hacer de mozo de comedor, de criada estupendamente enseñada, y al mismo tiempo aprenderemos a ser el correcto invitado o la correcta dueña de casa, a tratar de servir bien y de comer bien.

Criados.

Un buen mozo de comedor o una buena camarera deben, sobre todo, presentarse correctamente uniformados y que sus prendas revelen la mayor pulcritud y esmero, así como su peinado y manos, que en lo posible, deben estar enguantadas. Todo este esmero contribuye a hacer más apetitosa y atrayente la comida. El menú o minuta que vamos a servir hoy a la hora de almorzar es:

Minuta.

Huevos fritos con arroz blanco y salsa de tomate.

Ternera asada, con puré de patatas.

Ensalada.

Queso y fruta.

Aperitivo.

Primero, en el salón o cuarto de estar, habremos tomado un agradable aperitivo. Un "aloque", en lugar de un "cocktail" (palabras extranjeras que debemos sustituir por una española), pues dice un ilustre académico, el señor G. Amézua, que en España tenemos la palabra "aloque" para indicar mezcla de vinos, que es lo que quiere decir "cocktail".

Pues bien, habremos tomado unas copas de vino, de cualquier vino español, como jerez o alguna mezcla, o cualquier otro vino, que cualquiera es apetitoso y estimulante, sobre todo si es seco. Con él habremos servido embutidos bien presentados, palitos de queso (todas estas recetas de canapés para aperitivos las aprenderéis en los cursos de cocina).

Con esto, nuestro apetito estará en su punto máximo de apreciación del almuerzo que nos espera.

Colocación.

Después pasaremos al comedor y la señora de la casa irá indicando su puesto a los comensales.

Explicación foto: Dueña de la casa, A; invitada de primera categoría, B (a la derecha de la dueña); invitado de menos categoría, C (a la izquierda). Dueño de la casa, D; invitada de primera categoría, E ( la derecha del dueño), etc. Las señoras son los puestos blancos, y los caballeros los oscuros. Para mayor claridad, la profesora nombrará a seis niñas que van a formar tres matrimonios.

Primer matrimonio: Los señores de Ontoria, que son los dueños de la casa.

Segundo matrimonio: Los señores de Fernández (el señor Fernández es coronel).

Tercer matrimonio: Los señores de Arnáiz (el señor Arnáiz es capitán).

Bien; ¿cuál es el matrimonio de más categoría? El sentido común lo dice. Las alumnos se colocarán en una mesa, en la posición que yo he indicado, y verán que el arreglo es perfecto.

Iguales combinaciones haremos con la familia. Los padres, en los sitios de honor; los hijos casados tendrán sitios preferentes a los solteros, etc.

Bien; ya están los tres matrimonios instalados y van a ser servidos.

Orden en el servicio.

El criado o la criada ya sabe que tiene que empezar a servir a las señoras antes que a los caballeros, y empezar siempre por la invitada de más categoría y terminar por la dueña de la casa. Igual orden seguirá con los señores, terminando con el dueño de la casa.

Manera de servir o presentar las fuentes.

¿Cómo presenta la fuente el criado? El criado llevará la fuente sobre la mano izquierda y acercándose al comensal por la izquierda le presentará la fuente de una manera lógica y cómoda para que éste pueda servirse. La mano derecha la llevará pendiente y ligeramente hacia atrás (cada alumna hará prácticamente el servicio de la primera fuente).

Cada comensal cogerá los cubiertos de servir: la cuchara con la mano derecha y el tenedor con la izquierda, y se servirá.

¿Qué estamos comiendo?, ¡ah!, huevos fritos con tomate. El comensal se servirá un huevo, un montoncito de arroz, y ¿el tomate, dónde está?. Pues resulta que el criado, en esta ocasión, no puede llevar la mano pendiente y hacia atrás, sino que llevará la salsera en ella, y después de presentar los huevos, por el mismo lado, apartando un poco la fuente, presentará la salsera, que llevará su correspondiente cuchara, ¿veis?

Ya sabéis servir correctamente, pues siempre se sirve por el mismo orden y siempre se sirve por la izquierda del comensal.

Servir el vino.

Terminado el primer turno hay que pensar en servir el vino. En las casas donde hay un solo criado para servir la mesa, se sirve la primera copa de vino antes de que se sienten los comensales, con objeto de que para el primer plato no les falte. Entre plato y plato, el criado se presentará a renovar el vino y el pan si algún comensal hubiese terminado el suyo.

Y ahora viene un segundo acto importante para el criado.

Cambiar los platos.

Se trata de cambiar los platos. A medida que cada comensal vaya terminando el huevo, el criado estará atento, y levemente, colocándose detrás del comensal, le quitará el plato sucio con la mano izquierda por el lado izquierdo, y le colocará el plato nuevo con el cubierto necesario encima, por el lado derecho. Esto lo hará sin hacer ruido y con suavidad y lo más rápidamente posible.

Las alumnas se ejercitarán en esta operación.

Y volvamos al segundo plato, la carne: se repite la misma operación que para los huevos.

La ensalada.

¿Dónde y cuándo servimos la ensalada? A la izquierda del plato de la carne colocaremos un plato con hechura de media luna; este plato es para la ensalada. Cuando nuestra vajilla no tiene ese platito, pondremos un plato de postre o bien serviremos la ensalada en el mismo plato de la carne. También se venden medias lunas de cristal. Así, el criado llevará la fuente de la carne adornada con puré, con la mano izquierda, y la ensaladera con la derecha, y hará con la ensaladera la misma faena que hizo con la salsa de tomate.

Los postres.

Bien, ya tenemos la comida servida; cambiemos los platos y pongamos los de postre, tal como estaban preparados en el "office". ¿Cómo dijimos que estaban preparados?. Contestar con arreglo a la lección anterior.

El comensal coge el lavafrutas y lo coloca fuera del plato de postre, un poco arriba, poniendo debajo del lavafrutas la servilleta, sobre la cual viene colocado en el plato de postre. Los cubiertos de postre los colocará asimismo a la derecha o a la izquierda.

El queso.

En seguida el criado pasa el queso, y ¿cómo debemos comer el queso?. Este es un asunto muy discutible. Lo cortamos en trocitos con el cuchillo y cogeremos estos pedacitos, a medida que vayamos cortándolos, y los pondremos sobre un pedacito de pan, o de pan con manteca, y así comeremos un pedacito de queso sobre el pedacito de pan, o bien lo pincharemos con el tenedor. Pero lo que nunca haremos es pinchar el queso con el cuchillo y llevarlo a la boca. Pues el cuchillo nunca ha de ir a la boca.

La fruta.

Se cambiará el plato de postre para servir la fruta. Pero si estamos en confianza, podemos guardar el plato de queso, pues en general el queso no mancha el plato.

Después de tomar la fruta, podemos lavar la punta de los dedos en el lavafrutas. También lavaremos en él las uvas, cerezas, ciruelas y todas aquellas que se tomen con su pellejo.