Modalidades de comunicación no oral, o discurso paralelo. Proxemia y paralenguaje

El discurso oral no es la única forma o modalidad de comunicación entre integrantes de diferentes culturas

 

Proxemia y paralenguaje. Modalidades de comunicación no oral, o discurso paralelo. Proxemia y paralenguaje. Amigas foto base Ben White - Unsplash

Proxemia y paralenguaje

Modalidades de comunicación no oral

INTRODUCCIÓN

En este artículo vamos a tratar de manera resumida algunos aspectos relacionados con las modalidades comunicativas complementarias de la expresión oral, en mi concepto inadecuadamente designadas como "Paralenguaje". Si requiere mayor información o asesoría, puede comunicarse conmigo al correo electrónico o al teléfono que se indican más adelante.

El discurso oral no es la única forma o modalidad de comunicación entre integrantes de diferentes culturas. Las modalidades no orales o "paralingüísticas", y en especial la delimitación del espacio personal, pueden ser fuentes de conflicto o entendimiento, más allá del mensaje que porten las palabras.

COMUNICACIÓN Y COGNICIÓN

El proceso de la comunicación consiste en la transmisión, hombre a hombre, de significados con cierto contenido intelectual o cognitivo, para evocar en otra persona el mismo contenido. Implica el intercambio conceptual entre dos o más interlocutores conscientes, fundamentado en el análisis y orientado a la aparición o modificación concertada de una conducta.

Así, la interacción discursiva presenta una doble estructura cognitivo - comunicativa que se basa en la confrontación respectiva de las experiencias previas y el conocimiento de una realidad particular por parte de cada participante en el proceso, con el contenido de cada uno de los mensajes intercambiados.

La validez de un acto comunicativo no se puede entender por aislado como la adecuada emisión de oraciones sintáctica y semánticamente bien estructuradas. Implica partir de un individuo que tiene un "Mundo Interno Subjetivo" caracterizado por sus conocimientos, experiencias, cultura, pertenencia a una familia y a un grupo social, estado de salud, anímico, etc., el cual en determinadas circunstancias, un lugar y un momento específicos tiene la intención de informar algo a otro individuo con un "Mundo Interno Subjetivo" diferente, con el fin de lograr un acuerdo enmarcado en una situación contextualizada.

Este acuerdo proposicionalmente diferenciado externamente, merced a la estructura lingüística, tiene que ser aceptado internamente como válido por los participantes. Es decir, no puede quedar en el aire la duda acerca de la intencionalidad real que tenían los interlocutores al expresarse.

Un amplio número de estudios han reportado cómo el discurso de tanto adultos como niños se relacionan con actividades específicas. Wood, McMahon y Cranstoun (1980); Bruner (1983); y Tizard y Hughes (1984) han explicado la manera en la cual ciertas actividades favorecen la comunicación. Por ejemplo, cuando un adulto y un niño pequeño (alrededor de los 18 meses) leen juntos un libro, la rutina de sentarse cerca y voltear las páginas ayuda a establecer exactamente de qué se está hablando. Además, la estructura de la actividad y su naturaleza repetitiva hacen más fácil para el primero predecir la respuesta lingüística del segundo.

En conjunto, estas características incrementan las oportunidades de que el adulto sea capaz de determinar lo que el niño está intentando decir, aunque su articulación todavía tenga un pobre desarrollo. De otro lado, las expectativas convencionales acerca de qué significados son apropiados para la actividad permite inferir una estrecha gama de posibles interpretaciones y se reduce la posibilidad de que se confunda la intencionalidad del niño (Scollon, 1979).

LOS SISTEMAS DE COMUNICACIÓN NO ORAL (NO VERBAL)

Las modalidades de comunicación no - oral son todas aquellas señas o señales relacionadas con situaciones de interacción comunicativa que no se catalogan como palabras escritas o habladas. Se relacionan con el uso de la voz y el cuerpo para complementar el significado del mensaje, e informan acerca del estado de ánimo o la intencionalidad de la persona que habla.

Los signos de los sistemas de comunicación no - oral, pueden regirse por códigos culturales o reacciones naturales, que reforman de alguna manera, el significado del discurso hablado. Pueden ser utilizados consciente o inconscientemente, realizando actos de comunicación ocasionalmente imperceptibles para el emisor, pero no para el receptor. Son de carácter polifuncional y tienen, entre otras, las siguientes funciones:

1. Iniciar interacciones comunicativas.

2. Introducir temas de conversación.

3. Mantener el tema.

4. Terminar las interacciones cuando sea pertinente.

5. Complementar, matizar o modificar el contenido o sentido de la información portada por un enunciado oral: especificar el contenido, confirmar, reforzar, debilitar, contradecir o camuflar.

6. Regular la interacción y toma de turnos.

7. Subsanar las deficiencias orales.

Dentro de estas modalidades complementarias, se puede contar con aspectos:

1. SUPRASEGMENTALES DEL HABLA: Algunos autores denominan "PARALENGUAJE" a este componente vocal del discurso, una vez se le ha eliminado su contenido. Comprenden el timbre o cualidad individual de la voz, el ritmo, la prosodia (entonación y pausas), y la intensidad.

2. KINÉSICOS (O QUINÉSICOS): movimientos y posturas corporales, incluidos la mirada y el contacto corporal.

3. QUÍMICOS: lágrimas, humedecimiento de ojos o de labios, sudor corporal etc.

4. CRONÉMICOS: concepción, estructuración y uso del tiempo.

5. DÉRMICOS: sonrojo, palidez, sequedad e irritación cutánea.

6. TÉRMICOS: cambios de temperatura corporal.

7. PROXÉMICOS: concepción, estructuración y uso del espacio (proximidad al interlocutor).

Hall (1964) estableció una caracterización en el manejo del espacio personal del ser humano, en cuatro niveles:

ESPACIO DISTANCIA

1. Intimo 15 a 46 centímetros.

2. Personal 46 centímetros a 1.20 metros.

3. Social 1.20 a 3.6 metros.

4. Público más de 3.6 metros.

LENGUAJE Y DISCURSO ORAL

El lenguaje es una facultad de la mente humana con base en la cual se codifica o descodifica un mensaje. Tal facultad se operacionaliza o implementa, mediante una estructura neuropsicológica conformada por una red de alta complejidad de mecanismos y centros nerviosos especializados genéticamente en:

- la organización de la producción y el reconocimiento de las cadenas sonoras del habla;

- las reglas que gobiernan el ordenamiento secuencial de las palabras en frases y oraciones;

- y el sistema de significado que se adhiere a éstas, como consecuencia de las experiencias cotidianas y la interacción social del individuo en una variedad de situaciones comunicativas.

Es importante señalar que los centros cerebrales relacionados con el lenguaje se formaron y evolucionaron a medida que el hombre necesitó una comunicación más eficaz para la supervivencia de la especie y la tecnificación del trabajo.

Luria (1978) indica que el lenguaje se pudo originar en la actividad productiva y surgió bajo la forma de movimientos manuales abreviados que representaban ciertas actividades laborales y gestos señalizadores mediante los cuales los humanos se comunicaban entre sí. Sólo en el curso de un periodo histórico muy largo en el cual, generación tras generación, fueron apareciendo dispositivos neurológicos cada vez más especializados, se llegó a realizar la disociación entre gesto y sonido.