Los términos para escribir una carta. II

La cortesía exige que no escriban cartas que no sean necesarias.

Reglas de cortesía y urbanidad cristiana para uso de las escuela cristianas.

 

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Los términos para escribir una carta.

Si se escribe a una persona que está muy por debajo de uno, como sería un artesano o un campesino, se le escribe, por lo común sin darle el "Señor", y al final se pone directamente: "Suyo afectísimo y a su disposición".

Al acabar, siempre hay que poner los términos: "Su muy humilde", etc., en nominativo o en acusativo, pero nunca en genitivo ni dativo; por ejemplo:
"Quedo suyo", etc. Pero no: "Mande a su...", o "Reciba de su...".

Cuando se escribe, la urbanidad exige poner la fecha del mes y año en que se escribe, pero no la del día de la semana. Y para mayor respeto hay que ponerla en la parte más baja de la página, donde termina la carta, al lado izquierdo, debajo de la palabra Señor.

Con todo, en las cartas de negocios es conveniente poner la fecha al comienzo, arriba, a la derecha, pues conviene que aquel a quien va dirigida, sepa la fecha antes de leerla. Se puede proceder también del mismo modo, cuando se escribe a una persona con quien se tiene familiaridad o que sea inferior.

Cuando se escribe a una persona que es superior, es totalmente contra el respeto encargarle saludos para otros al final de la carta. Y no menos lo es dirigir sus saludos o recomendaciones a personas que están muy encumbradas por encima de uno, o darles por carta encargos parecidos. Esto sólo se permite entre los amigos y entre personas iguales o familiares.

Este tipo de cortesía, al final de las cartas, se hace de ordinario de este modo: "Permítame, por favor, Señor, que presente a Don N. o a Dña. N. mis humildes servicios y respetos"; o: "Le ruego muy humildemente que presente", etc.; "Permítame, por favor, Señor, que presente aquí mis humildes saludos a Don N., o a Dña. N.".

Si la carta está escrita en todos los lados, hasta abajo, no es cortés meterla en el sobre de ese modo; lo oportuno será cubrir la última página con una hoja de papel blanco y unirla a la carta escrita, por medio de un pequeño margen.

Cuando se escribe a una persona a quien se debe respetar mucho, lo cortés es poner la carta en un sobre, que sea de papel blanco y que esté bien limpio, y escribir la dirección en el sobre y no en la carta.

La dirección de una carta se comienza con estos términos: "Al Señor, Señor". Al se pone arriba en la parte superior de la carta, al comienzo de la línea, del lado izquierdo; y la palabra Señor, o bien Al Señor, todo seguido, se pone al final de la misma línea, al lado derecho. En la parte baja del sobre, o al dorso de la carta, se repite la palabra Al Señor, después se pone el nombre de la persona a quien se escribe, su título y su domicilio, de esta manera:

Señor Don N., Consejero del Rey..., calle..., y abajo del todo, en el ángulo derecho de la carta, se pone el nombre de la ciudad donde vive esta persona; en París, por ejemplo, si es que vive en París.

Es muy descortés en quien escribe, tasar el precio de la carta, poniendo, por ejemplo: porte, tres sueldos.

Si se escribe a una persona que está muy por encima de uno, de ordinario se pone en la parte superior de la carta, en el centro de la línea: Para; y hacia la mitad del papel, lo restante de la dirección, todo seguido, y en la parte baja, en el ángulo, el nombre de la ciudad donde vive la persona a quien se escribe.

Una nota se puede escribir a la persona que es igual, o familiar, o inferior. También se puede hacer con personas que son superiores cuando se les escribe con frecuencia. La dirección en las notas se pone igual que en las cartas.

Cuando alguno de nuestros amigos nos lo pide, o alguna persona a quien debemos respeto nos manda abreviar las ceremonias que se usan al escribir cartas, y que escribamos notas, es decir, que escribamos todo seguido, sin poner Señor, arriba, y sin dejar vacíos, hay que hacerlo para no ser molesto y por respeto hacia aquel que lo manda.

Cuando se escribe una nota hay que poner "Señor", en el cuerpo de la nota, después de las primeras palabras, de esta forma: Usted sabe, Señor, que..., etc., y escribirlo y repetirlo como en una carta. Y al final hay que poner todo seguido: Quedo, Señor, su muy humilde y muy obediente servidor.

Nunca hay que leer ninguna carta, nota o papel cuando se está en compañía, a menos que sea tan urgente que no pueda uno dispensarse de ello. Tampoco se permite hacerlo en presencia de otro, a menos que se esté muy por encima de él.

Si uno se ve forzado a leer una carta cuando se halla en compañía de otros, hay que pedir disculpa a los presentes, y rogarles que tomen a bien que se de respuesta a la persona que la haya traído; luego hay que levantarse, si se está sentado, y apartarse un poco para leer la carta en voz baja.

Cuando se ha comenzado a leer una carta, o alguna otra cosa, en voz alta, para dársela a conocer a los demás, es totalmente descortés leer en voz baja o entre dientes algún pasaje que se desee ocultar a los otros.

Y cuando se ha leído alguna carta estando algo apartado, es oportuno y cortés, al volver junto a los presentes, decirles lo que se pueda manifestar, particularmente si es alguna noticia, para no mostrarse uno misterioso en sus asuntos.

Cuando alguien presenta a otro una carta, si quien la presenta es superior y la carta tiene relación con asuntos de aquel a quien se presenta, lo que podrá juzgar con facilidad, no debe abrirla ni leerla delante de dicha persona.

Si dicha carta tiene relación con los intereses de la persona que la presenta, es conveniente abrir la carta en su presencia, haciéndole previamente alguna cortesía.

Cuando uno se da cuenta de que alguien desea leer en privado una carta, no hay que acercarse a él, a menos que quien la lee pida que se haga.