Si hablamos de familiares, por lejanos que sean o por poco trato que mantengamos con ellos durante el resto del año, me parece a mí que lo más apropiado es trasladarles la cuestión directamente: es decir, plantearles con confianza si les apetece, si va a suponer un compromiso, etc. dejando siempre claro que estaremos encantados si contamos de nuevo con su presencia. Por otro lado, y con vistas a la Nochevieja, se puede tener en cuenta que son unas fiestas "menos familiares" que las de Nochebuena, pudiendo excusarse una composición distinta de la lista de invitados.
Desde Madrid, con afecto,
Victor F.