En las clases que imparto sobre muchos de los temas que aquí se tratan, ocurre algo curioso y es que muchas personas cuando les das un consejo acerca de un asunto de su interés, sólo cuando coincide con su opinión es válido; si no es así, te dicen que está sujeto a interpretación o que según los casos, es o o no es El pasado mes de Octubre, impartí un curso a ejecutivos de una empresa de servicios en Madrid en el que me solicitaron ayuda porque consideraban que la imagen de los ejecutivos que se relacionaban con externos clientes, proveedores no estaba a la altura de lo que ofrecía la competencia. Sus chicos carecían de estilo, a pesar de los consejos acerca de la imagen que sus coordinadores les habían ofrecido. Mi sorpresa más grande fue que estas personas, que repartían consejos protocolarios y de estilismo-como ellos lo calificaban- en los grupos de trabajo, eran las más necesitadas de formación puesto que seguían un rígido y absurdo decálogo de forma automática y claro, el resultado no estaba a la altura de lo que la delegación de la empresa en España esperaba de ellos. Os cuento todo esto para que veáis hasta que punto las empresas están interesadas en algo tan importante para ellas como es su imagen y que esta cuestión será en un futuro tan imprescindible para las personas que deseen integrarse en estas grandes corporaciones como saber hablar inglés o haber estudiado una carrera. Un saludo.