La verdad que es una pena de artículo en el que se ridiculiza y se mofa de otra persona, independientemente de la cultura que tenga. Eso si que es una falta de educación Sr. Burgos.
Adjunto remito el artículo para que lo lean nuestros foreros.
Mi chaleco de indígena
Por ANTONIO BURGOS
COMO a tercera modernización no hay quien me gane, les había pedido a los Reyes algo esdrújulamente electrónico e informático: un iPod con la tira de gigas, para que quepan en mp3 no sólo las canciones del nuevo disco de Falete, sino las siete toneladas de sortijas y collares que lleva el gachó. La carta la escribí obviamente antes de la visita a España de una gloria de las ínclitas razas ubérrimas, sangre de España fecunda: Evo Morales, el electo boliviano, fotocopia con cocaína del dictador Castro, que ronea de indígena de pura cepa. Pero que como dice Ramón Pi, de momento se llama Morales. La tribu de los Morales no es ninguna raza india americana. Los Morales no son ni los toltecas ni los chichimecas, sino los nativos de Valdepeñas que llevaron a Sevilla el mejor tinto del mundo. Quizá alguno de los Morales, Leocadio I, tras llevar el tinto a Bolivia en las naves moyatosas de Pizarro, tuvo un desliz con una india y de ahí a lo mejor viene el líder indigenista. Indígena cuchichí, pues. Indígena cuarterón.
Y en viendo el chaleco de punto («¿pero qué es esto, Dios mío de mi alma?») con que Evo Morales se ha paseado por Madrid, de la CEOE al PSOE, de La Moncloa a La Zarzuela, cambié inmediatamente de deseo para los Reyes. Yo quiero que hoy, cuando amanezca, me encuentre en el balcón, oh maravilla, un chaleco igualito, igualito que el de Morales. Mis hilos directos con La Zarzuela me han asegurado lo que le preguntó el Rey a Evo, cuando en la solemne audiencia le echó el brazo por encima, según norma de la Casa (Real):
-Titi, ¿dónde te has comprado este jersey tan bonito? ¿Quedan más, para decirle a la Reina que me compre uno?
Si el Rey, mi Señor, quiere un jersey colchonero, como la bandera de Costa Rica, tan hortera como el del indígena Morales, yo, monárquico por estética, no voy a ser menos. Espero que haya llegado a tiempo a Oriente el mensaje urgente que por SMS, e-mail, fax y aviso en el buzón de voz envié a los Reyes Magos: «Cambien iPod disco Falete por chaleco indígena Morales».
Un jersey así no lo usan ni los primos de Farruquito cuando van con la furgona al mercadillo. Un jersey así lo dan las catequistas en sus caridades y se lo tiran a la cara. Un jersey así no lo hay ni en las pilas de chalecos a euro el pelotazo de las oportunidades de Carrefour. Y con un jersey así, este indígena, con dos co...caínas, ha visitado a las más altas instancias, sin que nadie le tosa en esta España donde hasta mi portero tiene un jefe de protocolo. Aquí, que hasta vestimos de frac de guardarropía a Pareja Obregón para que miremos quién baila, ¿no hay quien le preste urgentemente un trajecito oscuro en condiciones al indígena Morales? No, al tío le gusta provocar. Cuanto más impresentable venga con el chaleco, en plan Otegui o alcalde de Marinaleda (otros de su tribu), más dinero le suelta ZP sin consultar con el Parlamento y más empresas españolas expropia en Bolivia.
Se corrió el riesgo de que cuando fue a ver a ZP, se creyeran que el tío del jersey era el famoso fontanero de La Moncloa: un simpapeles manitas boliviano que iba a arreglar un salidero en la piscina climatizada de Sonsoles. No fue así. Ha quedado ya oficialmente aceptada en el Reino de España la etiqueta del Protocolo Evo. Si el indígena fue así a ver al Rey, yo quiero un chaleco igual. Se acabó el problema del chaqué, que se me quedó estrecho. Para asistir hoy a los actos de la Pascua Militar, ¡a tomar por saco el traje oscuro que exige la invitación! Yo me pongo mi jersey de indígena y doy el golpe. ¡Lo que me voy a ahorrar en trajes de boda con el jersey de Morales!
Así que espero con la ilusión famóvil de un niño chico que los Reyes me hayan dejado en el balcón este multiusos jersey de Morales, que lo mismo sirve para una audiencia con Don Juan Carlos que para ir a coger espárragos o a expropiar empresas españolas.