Otra vez estamos con las comidas y vuelve, como es lógico, la forma de servir a los comensales.
Esther alabo tus intervenciones.
Cuando antes se pasaba una fuente para que cada uno se sirviera, se solucionaban muchos problemas. Ahora te traen la comida servida en el plato.
Otra cosa, Yolanda es que te inviten a una casa. Tú, puedes como es lógico decir que no tomas determinadas cosas. El buen sentido de la hospitalidad de los dueños de casa, hará que escojan un menú acorde a todos los comensales.
De todas maneras, Juan Carlos, ten en cuenta que antes, cuando una no podía ponerse algo, se excusaba y no iba a una cena. Se consideraba que una estaba enferma. Ahora, los tiempos han cambiado. Todos el mundo va a todo y exige que se respeten sus necesidades, por motivos religiosos, dietéticos y gustos variados.
Por eso, arte difícil es invitar a muchos comensales. Esther apunta a las salsas y tiene mucha razón. Una se puede servir mahonesa o declinarla con elegancia. No hay que dar razones de que a una le cae mal a la tripa, que al otro le sienta mal al riñón, etc. etc.