Estoy de acuerdo con Esther, como casi siempre, pero yo, personalmente. añadiría una pequeña apreciación.

En el caso en el que haya patrocinadores, mecenas, esponsors o productores, coloquialmente hablando, la "gente que pone pasta", optaría por colocarlos en la primera fila del patio de butacas, no incluyéndoles en la mesa presidencial.

Aunque cada acto es un mundo, yo les daría presencia en un lugar destacado, como es la primer fila, pero no les daría voz.

Muchas gracias Juan Carlos y Esther, me habeis hecho un inmenso favor.

En la presentación de un libro generalmente está presente el/la autor/a, el/la editor (o representante de la editorial o institución que promociona o apoya el texto), alguien que haga de prologuista o introductor (que suele ser alguien relacionado con el autor/a, tema a tratar o persona de relevancia) y, a veces, una maestro de ceremonia que suele ser una persona del equipo organizador del acto.

Generalmente el autor ocupa el 1º puesto, salvo que acuda una autoridad muy relevante que merezca que el autor (protagonista absoluto del evento, despues del libro) le ceda el puesto; en el puesto 2 y 3 estan el/la editor/a y el prologuista. Si hay maestro de ceremonia, yo lo colocaría fuera de la mesa de ponencia (por ejemplo, en un atril a su derecha).

La presidencia, puede complicarse si el libro o trabajo cuenta con patrocinadores, mecenas o etc. Pero en general, menos es más: yo no haría una presidencia de más de cuatro puestos (mejor si solo son tres) y reservar un puesto relevante dentro del montaje de la sala a aquellas personalidades importantes que esten relacionadas con el libro de una forma secundaria. Desde luego, todo el que este en la presidencia solo tiene justificación si va a hablar durante la presentación o, si hay un turno de preguntas despues, se estima que puede ser un participantes activo en algún momento.

Un saludo,