Yo suelo estar muy pendiente de los amagos de las señoras que saludo. Normalmente son ellas las que eligen la forma de saludo; así, si quieren beso en la mejilla (y hay cierta confianza), se acerca ella la primera, y yo enseguida me acerco, si no, son ellas las primeras en extender la mano para que la estrechemos. Por lo general nunca beso a una señora mayor, porque casi siempre me extienden la mano, y creo que es lo mejor.
Al mensaje de agustina sólo agregaría un cosa. Creo que es correcto denominar besamanos a la acción de acercar la mano de un prelado (obispo, cardenal) o de nuestro Santo Padre. No se besa, en efecto, la mano, sino que se hace el ademán de besar el anillo de pescador. Las únicas veces que he hecho el besamanos, ha sido las veces que he saludado a S.E. el cardenal de mi ciudad.
Saludos.