Señor es trataminiento a rey y reina, en tanto que otrora señores naturales. Y heredero, en tanto que llamado a suceder. Los infantes son altezas. Lo que usted haga o diga, supuestamente, ante la familia real, no tiene la menor importancia; como si se hace pipí o le tiemblan las piernas. Alteza, duquesa, doña Tal o nombre de pila, según familiaridad y oportunidad. Y Ritha discutir es saludable. Se discute hasta científicamente. Opina y, además, opina bien: no sé si el embajador Urbina se habrá codeado con la realeza tantísimo como Villamayor; pero, desde luego, sabe de lo que habla, por diplomático de carrera, por introductor de embajadores acostumbrado al ceremonial de Estado y, antes, porque lo ha mamado desde niño en su casa, lo que diferencia a unos de otros: jamás Urbina se hubiera puesto por ejemplo y, mucho menos, si no estuviera seguro de la verdad de lo que afirma fatuamente.