El tema "regalos de Navidad" puede dañar al bolsillo tanto como a las relaciones familiares, para evitar problemas y malos entendidos, las reglas de juego se fijan con anticipación, no se improvisan.
Las familias numerosas eligen su sistema y lo aplican año tras año, o lo modifican si con el tiempo, tienen la dicha de empezar a ser muchos.
He conocido familias en las que sólo los niños reciben regalos.
Los adultos pueden recibir regalos de sus parientes más pròximos presentes en la reunión, pero no de todos los invitados.
Los amigos de la casa reciben de los dueños de casa que, son quienes los invitaron, y a su vez cumplen con el rito de los regalos sólo con los dueños de casa y fundamentalmente con los niños.
El problema es que el poder adquisitivo de los invitados puede ser muy diferente y el nivel de los regalos ser muy desparejo, por esa razón siempre se piensa en limitarse a un detalle, los fantásticos estuches de joyería, se entregan en privado, y no en la reunión multitudinaria.
Algunas familias aplican para los adultos el sistema del "amigo invisible", de esa manera todos tienen algo y nadie compra 25 regalos.
Es muy importante fijar el importe para evitar como ya dije las diferencias, y rotar los nombres para que nadie acapare al Tío súper-rico...
En el caso de Marcos, le estan aclarando con tiempo que tiene que comprar algo para cada miembro del grupo familiar, si son muchos se vuelve complicado y costoso, yo me limitaría a los más próximos: padres y hermanos, y dejaría al resto en manos de quienes corresponda.