El mundo del regalo pertenece al Ceremonial Social, y tiene sus pequeñas reglas y usos alimentados por el mas elemental sentido común.
No se puede ni ofender ni lastimar a quien tuvo la generosidad de pensar en nosotros y eligió un regalo que creyó ideal para darnos placer.
Si no es de nuestro talle, de nuestro gusto o de "eso ya tenemos tres", lo podemos cambiar si esto no ofende a quien nos hizo el regalo.
Sólo comentaremos la necesidad de hacer un cambio si el conocimiento que tenemos de la persona que nos hizo el regalo lo aconseja.
Si podemos hacer el cambio con discreción, siempre será mejor, esto se hace difícil si estamos permanentemente en contacto con quien nos hizo el regalo.
Si para hacer el cambio necesitamos la factura, y debemos pedirla: ESO NO SE HACE, es de mal gusto conocer el precio del regalo.