Me parece, "corrector", que no ha leído bien:
Primero: María quiere etiqueta y, en ese supuesto, la etiqueta que exige el cóctel es el esmoquin (el tipo de acto y el horario, en España, determinan la etiqueta).
Para usted el traje oscuro es etiqueta. Para mí el traje oscuro, por más que vista, no es etiqueta, sencillamente, porque no se diferencia de el vestuario que ordinariamente se viste (compare la etiqueta de los militares con la etiqueta de los civiles y advertirá que el traje oscuro equivale al mero uniforme (de trabajo, de servicio) que, en lo militar, no es etiqueta). El motivo de la etiqueta es vestir de acuerdo a un acto que es extraordinario (no ordinario, corriente, habitual), por lo que el vestuario ha de resaltar ese carácter extraordinario. Es tan inaporpiado -debería serlo- vestir etiqueta para asistir a un partido de fútbol como vestir traje oscuro en una solemnidad, porque el tipo de vestuario no se corresponde con la naturaleza del acto.
Otra cosa es que el uso y la costumbre -no muy centenaria, por cierto- haya impuesto el traje (claro u oscuro, según el acto y el horario, no se olvide) como una suerte de etiqueta. A mí, personalmente, no me parece apropiado por cuanto no cumple su función: corresponder al acto resaltando su carácter extraordinario (al acto, la circunstancia precede y determina la prenda, y no tan sólo en lo que respecta a la etiqueta) .
Segundo: Yo no he dicho que en protocolo hayan actos informales (relea, si tiene verdadero interés en dialogar) sino si ella quería una celebración formal (es lo que parece querer y, por tanto, cabe observar ciertas reglas, usos y costumbres) o informal (soplar las velitas mamá, papá, hermanitos y abuelitos, por ejemplo, en lo que el protocolo no entra).
Tercero: como en la primera réplica, como María quería etiqueta y cena de gala, la vestimenta es frac, lo que no quiere decir que a todas las galas se haya de asistir de frac (también esmoquin o chaqué, según horario y grandeza se le quiera imprimir; el traje, claro u oscuro, según horario, no es propiamente etiqueta, por más que vista o, si lo prefiere, es etiqueta muy nueva y, para mí, inapropiada, como he argumentado).
Respondo de acuerdo al supuesto que plantea María, no lo ignore.
Por demás, me permito aconsejarle, cuando desee lucir groseramente sus alas, se cuide antes de leer bien aquello que se propone rebatir, porque, de lo contrario, podría precipitarse sobre sí mismo tan pronto hubiese levantado su alto vuelo, aquí o en Tailandia.