Este es, por lo menos, el tercer hilo que se abre sobre la señora Alvear, es decir, un hilo más que no guarda relación alguna con el objeto de este foro: el protocolo y demás disciplinas y materias afines.
Una persona educada en la sencillez se pasa en silencio a sí misma, lléndose o quedándose discretamente, porque comprende que no tiene mayor importancia ni ella ni los motivos por los cuales se queda o se va. Paga con la indiferencia o se querella contra aquellos que la calumnian en los tribunales. Repugna tanto que la vituperen como que la halaguen, pues que si el insulto es causa suficiente para irse, tanto más debiera serlo el halago -no recuerdo que ello le haya molestado, antes bien, parece complacerle, pues que, mientras se lamenta de lo uno, calla lo segundo-. Lo que verdaderamente le importa está por encima de estas niñerías: transmitir, cumpliendo con su obligación, aquello de lo que se precia saber tanto: la obligación, pues, queda por encima de todo lo demás.
Recuerdo que le parecía de mal gusto hablar sobre dinero. Hablar sobre uno mismo, otorgándose una relevancia que en modo alguno se tiene, es igualmente reprochable, tanto más cuanto más educado se presenta uno ante los demás.
Si siente menoscabada su dignidad, queréllese o abandone el foro. Si no, continúe en él, sencillamente, ignorando a todos aquellos que estime le falten al respeto, y complazca, con su participación, a todos aquellos que valoren sus respuestas.
Todo lo demás, está fuera de lugar en este foro, porque a todos los que en él participamos, en una u otra ocasión, se nos ha faltado al respeto o, lo que es lo mismo, se nos ha halagado, sin que por ello nos hallamos otorgado un protagonismo que, repito, es inoportuno -por demás, cuando una señora se retira, lo hace digna, educadamente, sin caer en aquello mismo que censura, despidiéndose cordial y aun cariñosamente de unos, e ignorando, literalmente, a los otros-.
No creo que este hilo tenga razón de ser: ninguna.