En el mundo de las empresas se repite el dicho "vístete para el puesto que deseas ocupar", según parece el cargo y la vestimenta terminan coincidiendo.
En una república el más alto puesto es el de Presidente de la Nación.
Actualmente hay muchas mujeres que alcanzaron esa cima, cada una se viste a su manera según sus gustos, estilo y el monto del presupuesto que está dispuesta a destinar a tan delicado asunto.
El caso particular de la señora Cristina F. de Kirchner, es interesante y digno de tener en cuenta por todas las mujeres que estén en la lucha por llegar a lo más alto de sus carreras.
El sendero que debió recorrer fue duro e inevitablemente dejó rivales en el camino que se convirtieron en potenciales enemigos, no la querrá todo el mundo, solo las monedas de oro caen bien a todos.
Ya en la cima deberá encontrar el equipo básico que haga las veces de uniforme de trabajo, éste será comodo, elegante y sin grandes signos que lo identifiquen como colores o estampados o volantes, lo usará muchas veces ¡SE RECOMIENDA REPETIR!, variar todo el tiempo es mal visto, los defiles de moda son para las pasarelas.
El manejo de la femineidad es todo un tema, una mujer no debe olvidar que lo es, pero es de esperar que no llegó tan alto usando sus encantos, de manera que usará más faldas que pantalones, zapatos cómodos pero con tacón, y maquillage "profesional", perfecto y discreto.
Ni por un instante dejará de ser una mujer, pero no está allí por serlo, sino por su capacidad y méritos.
Pelo impecable pero que nos haga suponer que dedica tanto tiempo a su cuidado que descuida sus obligaciones.
Los bolsos pequeños y fáciles de llevar se complementarán con maletines para la papelería.
Una presidenta sólo llevará su bolso fuera de la Casa de Gobierno, que es su lugar de trabajo, uno no se pasea por las oficinas llevando el bolso.
Las joyas son un tema delicado, muchas queda mal y no usar ninguna deja incompleto al conjunto.
Aros discretos, un anillo por mano (no muy llamativo), collar corto bueno y simple (perlas u oro).
El reloj en el caso de Cristina es la piedra del escándalo, y también nos deja una enseñanza.
Un Rolex de oro con cuadrante de diamantes modelo President, no es lo más aconsejable aunque lo temgamos desde hace años (es el caso), y no haya sido comprado con los dineros públicos durante el ejercicio de la presidencia.
En el mundo de las empresas el reloj define a los hombres porque es una de las dos joyas aceptadas, la otra es la alianza de boda.
Para la mujer puede ser un elemento de adorno pero jamás de ostentación.