En primer lugar, son los novios quienes autorizan la asistencia: si quieres ir acompañada, debes comuicarlo y esperar su decisión. Es importante saber si los novios, cuando te invitaron, conocían que tenías pareja, ya que, de ser así, solamente han querido invitarte a ti, a no ser que, por prudencia, esperen lo insinues tú. (No estoy de acuerdo con Santiago, a no ser nos refiramos a invitaciones que ya no responden a nuestro modelo de sociedad: hay parejas y familias de unión no matrimnial tan estables como matrimonios perecederos y, por ende, las invitaciones, si quieren corresponderse con la nueva sociedad, no pueden obviar las uniones y familias no matrimoniales.)
Y, en segundo lugar, decidir si tu pareja -de querer asistir- es estable o pasajera, ya que, en este segundo caso, podría parecerles un capricho tuyo gravoso para los novios -"podría", digo, porque hay matrimonios también y aun a veces notoriamente pasajeros, por lo que se trata de presunciones y equívocos-.