El Ceremonial social se ocupa de describir las reglas que facilitan la convivencia y que mejoran la comunicación de los hombres que vivimos en sociedad.
Se apoya en tres pilares: la cortesía, la tolerancia y el respeto.
Quienes enseñamos esta disciplina, somos especialistan en "cuidar el detalle", todos los detalles cuentan, cada uno hace la diferencia y pone gracia o eficiencia allí donde haga falta.
No existe la regla de saber estar que determine cuántas veces se oprime el botón del timbre, pero lo dejamos en manos de uno de los tres pilares: el respeto al oído del otro, a su calma y a la armonía de su espacio.
Toda regla tiene una contrapartida, cuando suena el timbre, acudimos lo más rápido posible a nuestra puerta, y no dejamos afuera a nadie mientras terminamos una conversación telefónica, nos peinamos o escuchamos las noticias.
Respeto, mucho respeto, es la clave de toda la vida social, y sentido común para imaginar las respuestas que el ceremonial no nos dé.