Al cumplir 12 años las niñas, tienen su bat mtztvá, y al cumplir 13 años los varones su bar mitztvá.
Esta ceremonia religiosa tiene un profundo valor porque marca la entrada al mundo adulto.
La familia participa de la solemne ceremonia en la sinagoga, a los amigos íntimos se los honra con esa invitación, el resto de los invitados sólo acuden a la fiesta.
Esta fiesta, cuando la familia puede afrontarlo, es magnífica, un verdadero banquete animado por varias orquestas.
La lógica marca que no se regala algo de menor valor que lo que le cuesta a los organizadores nuestra presencia, esto haría que cuando la fiesta es impresionante, el regalo sea un poco mejor...
Para fiestas normales, regalos normales y sin complejos.
El gran reloj de marca es regalo de abuelo, el simpático reloj de acero lo será de invitado, y el toy-watch de colorido plástico de amigo.