La tradición marca que sean los padres quienes inviten a la boda de sus hijos.

La complejidad de la composición de las familias actuales ha traído que frecuentemente sean los mismos novios quienes invitan.

También después de una cierta edad, o en el ámbito profesional y laboral pueden ser los novios quienes invitan a su boda.

En este caso lo correcto es confirmar la asistencia usando uno de los números de teléfono propuestos, como con el novio ya se habló, conviene llamar al número que corresponde a la novia.

Esta formalidad tiene una finalidad práctica, deja un registro de asistencia para la organización de la boda.

A los padres no tiene por qué escribirles, la cortesía obliga a contestar y con la llamada lo hace.

Quien nos invita nos propone las formas de confirmar nuestra presencia o de anunciar que "Por un compromiso previo" o por "Por encontrarme de viaje", no podremos asistir.

Si nos dan una dirección de e-mail, perfectamente podemos contestar por ese medio.

Si nos proponen uno o más números de teléfono, podemos hacerlo llamando al que pertenece a quien conocemos más.

Por carta ya casi no se hace cuando se trata de confirmar asistencia, si para justificar ausencia y disculparse.

Lo importante es NO DEMORAR la respuesta, se responde dentro de las 48 HORAS que siguen a la invitación, seamos considerados con quienes tienen que planificar la fiesta.