Reglas de etiqueta para jugar al póker. Cuestión de estilo y buenas maneras

Hay que tratar de evitar cualquier tipo de mal comportamiento que puede dar una imagen equivocada del juego y de sus participantes

 

Fichas. Fichas para juegos de mesa, póker. protocolo.org

Reglas de etiqueta para ser un buen jugador de póquer

Como dice un popular dicho: "En la mesa y en el juego se conoce al caballero". En un juego de cartas como el póquer -póker-, y sobre todo, cuando se habla del póquer en competición, donde los jugadores están sometidos a mucha presión, es fácil olvidarse de las buenas maneras y perder, en ciertos momentos, la compostura. Hay que tratar de evitar este tipo de comportamiento que puede dar una mala imagen del juego y de sus participantes, así como denotar una carencia de reglas de etiqueta para este juego.

Es importante tener en cuenta algunas nociones básicas de etiqueta para sentarse a una mesa de póquer con otras personas.

Reglas de cortesía para jugar al póquer

1. Hacer la apuesta de forma clara y con buenas formas

Nada de arrojar las fichas de forma despectiva o bien lanzando las fichas y dejándolas en espacios poco definidos de la mesa. Hay que colocar las fichas de forma ordenada y en el espacio o lugar reservado para tal fin. Si la apuesta es alta, hay que procurar colocar las fichas en montones y no desparramadas por la mesa, para que apenas se pueden contar.

2. Claridad. Nada de engaños

Cuando se hace una apuesta hay que poner lo mismo que se ha dicho. No se puede indicar un importe para igualar o subir una apuesta, y poner otro en la mesa. Hay que ser honestos y no tratar de engañar a la mesa o al adversario. Las acusaciones de engaño son muy embarazosas tanto para el acusado como para los participantes en la partida. Tampoco se pueden arrojar las fichas junto a las de otro jugador para dar lugar a equívocos sobre la propiedad de las mismas o el importe apostado.

3. Mostrar las manos

Salvo que por las normas de la mesa haya que mostrar determinadas manos, la voluntad de hacerlo o no corresponde solamente a cada jugador. No se puede increpar, insultar o molestar al jugador que decide no mostrar su jugada. Está en su perfecto derecho a no mostrar sus cartas, siempre que no contravenga ninguna norma de la mesa.

4. Discutir las jugadas

No se puede discutir o hacer comentarios sobre una mano que aún está en juego por ninguna persona ajena a la partida. Nadie que no esté participando en la partida, incluso los que no hayan ido en un determinado juego debe discutir u opinar sobre la mano en juego. Solamente los participantes pueden "pensar" o "intuir" lo que tienen sus compañeros por su comportamiento y por medio de las probabilidades matemáticas. Se permite un cierto "flirteo" o duelo verbal entre los compañeros, siempre sin perder las buenas formas, para tratar de saber la importancia o no de la mano que tienen.

5. Acatar la derrota

Por muy buenas cartas que tenga, o la jugada haya sido de un auténtico profesional, puede perder. Hay que saber perder y no perder los estribos, no solo con los compañeros de juego, sino con cualquier otra persona -crupier, jefe de sala, etcétera- o tomarla -golpear, romper, etcétera- con cualquiera de los objetos a su alcance como mesas, sillas, taburetes, vasos...

6. Saber ganar

De la misma manera que se indicó en el punto anterior, en el caso de ganar una mano o partida, no se debe "restregar" la victoria a sus compañeros de mesa, reírse de su mala suerte o juego o cualquier otro comportamiento reprochable y que, a su vez, indica que usted no sabe ganar. Además, puede ser el principio de un 'conflicto' entre los jugadores.

7. Descartes o retiradas

Cuando abandone el juego o una mano, por cualquier motivo, o bien haya posibilidad de hacer uno o varios descartes, deje sus naipes sobre la mesa y deslícelos de forma cuidadosa, no los arroje de cualquier forma o de malas maneras.

8. Saludos y despedidas

Es correcto saludar a los participantes de la mesa, dando la mano, a los que se incorporan y a los que se van. Por muy estrella del póquer que sea, hay que ser educado y saludar al entrar en la mesa y despedirse al salir de la mesa, aunque haya perdido o haya tenido mala suerte.

9. 'Licencias': excepciones a las reglas generales de cortesía y buenos modales

En el póquer, a diferencia de otros ámbitos o situaciones, se pueden permitir ciertas licencias o comportamientos mal vistos en otros momentos.

Las gafas de sol. Es una manera de proteger o disimular los ojos para que no se puedan apreciar en ellos los cambios (dilatación de las pupilas, por ejemplo, etcétera). Eso sí, al llegar o al partir nada de saludar con ellas puestas y mucho menos si le entrevistan para la televisión o cualquier otro medio.

iPods y otros reproductores de sonido. Los aparatos de sonido están permitidos siempre que se utilicen con cascos. En la mesa es una forma de abstraerse del entorno. Al no tener obligación de conversar con los participantes, se permite este tipo de "aislamientos". Lo mismo que con las gafas de sol, nada de saludar o despedirse con los auriculares puestos.

Comida y bebida. En muchas mesas de póquer, sobre todo en los campeonatos, se permite tomar algún que otro piscolabis o aperitivo. Nada de comer sobre la mesa o poner cualquier cosa sobre ella (ni bebida ni comida). Sobre la mesa solo deben estar las cartas y las manos de los participantes, nada más. Si tiene un café, bebida o lo que sea, deberá dejarlo en la mesilla auxiliar que tendrá a su lado.

Otros comportamientos. Aunque algunas partidas de póquer son más un espectáculo de variedades que un juego, por regla general, no está bien optar por comportamientos inadecuados o vestuarios poco correctos: lucir sombreros o viseras, conjuntos playeros o similares aptos para piscinas y playas no para una mesa de póquer, utilizar objetos o prendas demasiado brillantes que puedan molestar con sus destellos a otros jugadores, a personas cercanas, etcétera, o incluso a las cámaras, si es un campeonato televisado. En general, cualquier comportamiento que se salga de lo que se conoce como buenas maneras y saber estar, debe dejarse fuera de la mesa de juego.

También es probable que la organización tenga sus propias reglas y se las haga saber a todos los participantes, para que las acepten y para que sepan a qué atenerse en cada momento.