Real e Insigne Orden del Toisón de Oro, constituida en 1430 por el duque Felipe III el Bueno de Borgoña. Reales Decretos de 26 de julio de 1847 y 28 de octubre de 1851.

Real e Insigne Orden del Toisón de Oro, constituida en 1430 por el duque Felipe III el Bueno de Borgoña. Reales Decretos de 26 de julio de 1847 y 28 de octubre de 1851.

 

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Real e Insigne Orden del Toisón de Oro, constituida en 1430 por el duque Felipe III el Bueno de Borgoña.

Reales Decretos de 26 de julio de 1847 y 28 de octubre de 1851.

Es la distinción de mayor categoría que puede conceder el Rey de España. Los soberanos que han precedido al actual Rey de España han concedido 1.195 collares de la Orden, y en la actualidad hay 12 collares entregados.. destacadas personalidades que han prestado relevantes servicios a la Corona

Orden del Toisón de Oro. Historia.

Esta orden nace en la época en que la Casa de los Borgoña gozaba de gran poder. Los Borgoña eran los dueños y señores de la influyente sociedad de esa época. La Casa Borgoña, fue originariamente un reino fundado por los merovingios y posteriormente, como feudo de la Corona de Francia, fue convertido en ducado por el rey Roberto el Piadoso, hijo de Hugo Capeto, en el año 996.

En 1361 se extingue la primera dinastía ducal con el Duque Felipe I, el Roble, y por ello revierte el ducado al Rey de Francia, Juan II, quién lo donó a su hijo Felipe de Valois, que se convirtió en el Duque Felipe II de Borgoña, el Atrevido. En 1404 le sucedió su hijo el Duque Juan, el Intrépido, o sin Miedo, quien de su matrimonio con Margarita de Baviera tuvo a Felipe III el Bueno, que sucedió a su padre como Duque de Borgoña en 1419.

Felipe de Borgoña rompe paulatinamente los lazos de vasallaje que unían Borgoña a Francia. Se casó con la Infanta Doña Isabel, hija de Juan I, rey de Portugal. Por aquel entonces crea la Orden del Toisón de Oro el 10 de Enero de 1429, y aprovecha para declarase como monarca independiente de Francia.

Según los historiadores el propio emblema de la Orden está inspirado en la mitológica leyenda de Jasón y el vellocino de oro. Creada en la iglesia de San Beltrán de Brujas, bajo la advocación de San Andrés, cuyas aspas también habían sido adoptadas como emblema por la dinastía borgoñesa, fue instituída en un principio como Orden y Confraternidad o Amigable Compañía destinada, como era normal en tantas otras corporaciones de caballería de la época, a servir a la Iglesia y a la fe cristiana. Su epígrafe es: «Ante ferit quam flamma micet» (Hiere antes de que se vea la llama).

El Duque Felipe III el Bueno obtuvo del Pontífice Eugenio IV un Breve de 7 de Septiembre de 1433, aprobándola. Aprobación que fue ratificada por otro Breve de León X de 8 de Diciembre de 1516, fecha en la que la Orden no pertenecía ya al ducado de Borgoña sino, por herencia, como vínculo familiar, a la casa de Habsburgo.

La Orden del Toisón, al ser instituída, sólo contaba con veinticuatro miembros, que el propio fundador, Felipe III el Bueno, aummentó hasta treinta y uno, modificando los Estatutos en el citado año 1433, con ocasión de su aprobación por el Pontífice. En tales Estatutos se establece que el Maestrazgo de la Orden queda vinculado a la familia de Borgoña y no al ducado (territorio) de Borgoña, con sus bienes propios.

La Orden del Toisón de Oro se iba concediendo a algunos príncipes y reyes extranjeros: en los Países Bajos, en Alemania y a los reyes de Aragón y de Navarra. Muerto Felipe III el Bueno heredó el título de Gran Maestre y jefe soberano del Toisón de Oro, su hijo Carlos el Temerario, Duque de Borgoña. Durante su vida, puso todo su empeño en potenciar la Orden del Toisón de Oro revistiéndola de gran pompa y aparato, concediendo los collares a aquellos monarcas extranjeros en los que buscaba alianzas.

Tras su muerte, el Ducado de Borgoña pasó a poder de Francia, pero no así los Países Bajos donde el emperador germánico, Federico, impuso su dominio, reservándose la potestad de ser el supremo jefe de la Orden del Toisón de Oro, al tiempo que preparaba la sucesión del Imperio en la persona de su nieto, el más tarde emperador Carlos V de Alemania y rey de dicho nombre, I de España, pasando en el interín por Felipe el Hermoso, padre del anterior. Es así como la Orden del Toisón de Oro, nacida en Borgoña vino a parar a un rey español que se constituyó, por la herencia paterna, en Gran Maestre de la Orden.

El Emperador Carlos V de Alemania ( y I de España) celebra su Capítulo del Toisón en Bruselas en 1516, reformando a su vez los Estatutos para aumentar hasta cincuenta y uno el número de caballeros, regulando, además, los requisitos que sería indispensables que reunieran estos caballeros para ser admitidos en la Orden. Cuatro años más tarde, habiendo tomado ya el Emperador plena posesión de la Monarquía Española, como asociado al Trono de su madre Doña Juana I, celebbró el primer Capítulo que tuvo lugar en nuestro país, teniendo por escenario, en 1520, la Catedral de Barcelona, cuya sillería del coro ostenta desde entonces las armas de los cincuenta y un caballeros que integraban el Capítulo.

Durante la época de Carlos V recibieron el collar de la Orden del Toisón de Oro muchos reyes, príncipes y altos señores de la nobleza. Los reyes de Portugal, de Escocia, de Polonia y de Dinamarca, los soberanos del Palatinado, de Sajonia, de Baviera, de Brandeburgo y de Nassau. Los representantes de las casas de Farnesio, Médicis, Gonzaga y Saboya, el célebre Andrea Doria, el duque de Egmont, el marqués del Vasto, el duque de Alba y el rey de Francia Francisco I.

Con la muerte de Felipe II se inicia un lenta pero imparable decadencia de la Orden. Tal cosa repercutió en la Orden del Toisón de Oro que, conforme iba abandonando su condición de flamenca tomaba la insignia o estandarte de la religión y de bando en la prolongada lucha que dividía a Europa entre católicos y protestantes. Concluyó como cuerpo independiente y con facultades propias. No volvieron a reunirse sus Capítulos y finalmente quedó reducida a un premio de lealtad, recompensa de servicios, trofeo de victorias, ya casi nada flamenca y enteramente española.

Bajo la soberanía del rey de España Fernando VII, se producen algunas modificaciones en la Orden: La primera, la admisión en ella de personas no católicas, la segunda la concesión de entrada al Tocador de la Reina (y por tanto en la Real Cámara) y la tercera, la creación de una insignia o distintivo para los miembros del Toisón de Oro.

Cuando el 15 de Enero de 1941 el rey Don Alfonso XIII abdicó la Corona en su hijo Don Juan, este pasó a ser Soberano Gran Maestre de la Orden, y en su calidad de tal, otorgó el preciado Collar de la misma a su propio hijo, el entonces príncipe Don Juan Carlos, al rey Balduino I de Bélgica, al rey Constantino II de Grecia y al príncipe Con Carlos de Borbón-Dos Sicilias, Duque de Calabria. Al abdicar a su vez Don Juan en favor de su hijo el 14 de Mayo de 1977, pasó a ostentar la Soberanía y Gran Maeztrazgo Don Juan Carlos I.

En la actualidad, se han reducido los privilegios de la Orden, y se han ido simplificando las formalidades exigidas en la misma. Otorgarla sólo depende del Rey, efectuándose el nombramiento por medio de un Real Decreto. Aquel a quien ha sido otorgada queda exento de prestar juramento, pero continúa siendo tan codiciada como en los ya lejanos tiempos en que fue instituida por Felipe el Bueno, Duque de Borgoña.

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