Formación del cónclave.

El Cónclave (voz derivada del latin cum, con; clavis, llave), empezó a organizado Gregorio X, porque fue él el primer Papa elegido en clausura.

Guía de Protocolo Diplomático.

 

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CONCLAVE.

Completamente decididos a buscar cuantos datos puedan ser útiles a nuestros colegas, y conociendo por experiencia lo difícil que es reunir en poco tiempo, los necesarios para formarse una idea aproximada de los Cónclaves, procuraremos facilitar su conocimiento, sirviéndonos de lo que allí hemos presenciado, de las noticias adquiridas en el momento, tratando además de reunir las opiniones de varios testigos interesados en los acontecimientos de la Santa Sede, y estudiando y anotando las siguientes obras:

- José García del Pino, Manuscrito sobre Cónclaves, (que existe en la Embajada de España en Roma).

- Monseñor Felice Gualterio, conclavista, Manuscrito sobre Cónclaves, (existente en el Ministerio de Estado).

- Dumont. (1739) Corps Diplomatique.

- Supplément au Corps Diplomatique et Ceremonial de Rome.

- Angelo María Ausillioni (1769) Relazione di quanto si prattiea dalla morte del Pontefice, fino all intrata in Cónclave degli Emmi. Cardinali, (visitas del Cuerpo Diplomático, etc.)

- Louis Teste (1877) Préface au Cónclave, (datos muy anticuados).

- Ruggero Bonghi (1877) Pío IX, e il Papa Futuro.

- Pietro Aurelii, Arzobispo de Taranto, escribió a fines del siglo XIV un libro sobre los Cónclaves; pero el tiempo transcurrido, ha cambiado casi por completo cuantos datos pueden sacarse de su lectura.

El Cónclave (voz derivada del latin cum, con; clavis, llave), empezó a organizado Gregorio X, porque fue él el primer Papa elegido en clausura. Muerto en Viterbo Clemente IX(1268), los Cardenales, no pudiendo concertar la elección del sucesor, se querían separar sin elegirlo; y se hubieran diseminado todos, si San Buenaventura no hubiera hecho esfuerzos inauditos para conseguir que el pueblo cerrara las puertas de la ciudad y después las del convento donde se habla reunido el Sacro Colegio, teniéndolo así encerrado todo el tiempo que duró, es decir, dos años; y más habría durado, si los habitantes, cansados de esperar la proclamación del Papa, no hubieran empezado a disminuir los víveres que suministraban al Sacro Colegio, y ya completamente exasperados no hubieran levantado los tejados del edificio dejando a los Cardenales a la intemperie, hasta que eligieron a Gregorio X(1° de Setiembre de 1271).

En los primeros tiempos, se cree que los Obispos de Roma eligieron y designaron directamente sus sucesores; más tarde, el clero y el pueblo lo elegían, y el Emperador aprobaba y confirmaba la elección, derecho que pretendió quitarles Adrián IIpor medio de una Bula, pero Carlomagno lo restableció; sin embargo, desde Adrián II el pueblo no intervino en veintidós elecciones consecutivas, mas que para dar su beneplácito.

En 1059, Nicolás II, decidió que, en lo sucesivo, fueran los Cardenales los que eligieran al Papa, reservando al clero y al pueblo solamente el derecho de aprobar la elección; Alejandro IIIexcluyó completamente al pueblo de la elección (1160), y en 1179, el Concilio reservó a los Cardenales este derecho, fijando en dos tercios el número de votos para que la elección fuese válida; en 1269 se reunieron los Cardenales en el Convento de Viterbo, donde les encerró el pueblo para elegir a Gregorio X, y el Concilio de Lyón (1274), dispuso que los Cardenales reunidos en Cónclave, eligieran al Pontífice.

El Emperador Otón II, exigió que sus Embajadores presenciaran la elección, pero los Cardenales eludieron siempre esta exigencia.

La elección "presente cadavere" no puede tener lugar, sino en virtud de una Bula especial que deja el Papa; en 1817 se suponía que Pío VIIla habla dejado, pero no se publicó, ni si ha existido, se le dio cumplimiento.

Hasta el año 1455 el Cónclave se celebraba en un convento de Roma o de la ciudad donde habla fallecido el Pontífice, y desde dicho año hasta 1823, en el Vaticano; reuniéndose después en el Quirinal, en el ala que va desde Monte Cavallo a Quattro Fontane, que hoy forma parte de la Via Venti Setiembre, que es donde se reunió el penúltimo Cónclave (1846). En 1878 se ha vuelto a reunir en el Vaticano.

El Mariscal del Cónclave, que debe velar por su seguridad y por su independencia, lo elige en apariencia el Sacro Colegio; pero en realidad ha sido siempre designado un Savelli, y después un Chigi; y opiniones muy autorizadas, pretenden que algunas veces fue nombrado un Embajador extranjero.

El 18 de Febrero los Cardenales reunidos en la Capilla Paulina, oyeron la Misa del Espíritu Santo, cantada por el Cardenal Arzobispo de Praga. Monseñor Secretario de Breves, recitó el discurso eligendo Pontífice.

A esta Misa asistió el Cuerpo Diplomático en una tribuna especial; también asistieron, desde otra, varios miembros de la alta aristocracia romana.

A las cuatro de la tarde, los Cardenales se reunieron en la Capilla Sixtina, un Maestro de Ceremonias, con la Cruz papal, se arrodilló en la última grada del altar, y todos los Cardenales se arrodillaron también; los cantores de la Capilla entonaron el "Veni Creator Spiritus", y al terminar el primer versículo todos se levantaron, y precedidos del Maestro de Ceremonias que llevaba la cruz vuelta del lado de los Cardenales, se dirigieron procesionalmente al local del Cónclave, pasando antes por la Capilla Paulina, donde terminados todos los cánticos, el Decano del Sacro Colegio rezó una oración y exhortó a todos á elegir, según su conciencia, al Vicario de Cristo. Después se leyeron las Bulas relativas al Cónclave, sobre las que prestaron juramento todos los presentes.

A las siete de la noche, y a las ocho, la campanilla advirtió a los extraños que debían salir del Cónclave, y pronunciado el "Extra omnes", se cerraron las puertas por dentro y por fuera, no quedando más comunicación con el exterior que las Rotas, que eran ocho; de las cuales, dos estaban custodiadas por los Conservadores de Roma y por los Prelados "Votanti di segnatura"; otras dos las vigilaban los Prelados Auditores de la Rota; dos al cuidado de los "Chierici di camera", y las dos últimas, se confiaron a la guardia de los Patriarcas asistentes al Solio Pontificio y de los Protonotarios apostólicos. Estas Rotas deben ser las aberturas en las puertas de que habla el Barón García de la Vega en su "Guide pratique des Agents politiques", por donde dice que comunican los Embajadores con el Cónclave.