Juramento del Canciller de la Orden del Toisón.
Ceremonial del juramento como Canciller de la Orden del Toisón de Oro.
Juramento del Canciller de la Orden del Toisón.
Su Majestad señala el día en que ha de jurar, para que se avise, y estando dispuesta la pieza en la forma que se dice en el Capítulo de esta Orden, y Su Majestad y los Caballeros y Oficiales sentados, manda al Grefier que salga a llamar al Canciller.
Entra el Canciller, y en llegando delante de Su Majestad, le dice el Grefier:
"¿Aceptáis la elección de vuestra persona por Canciller del Toisón?"
Responde, aceptando con palabras de mucho respeto, y el Grefier dice:
"Venid a jurar."
Híncase de rodillas delante de Su Majestad, y lee el juramento, que es el siguiente:
"Yo, N., elegido por Canciller de la Orden del Toisón, por el Rey Nuestro Señor, Soberano de ella, prometo a Dios, sobre estos Santos Evangelios, que me hallaré y pareceré personalmente en los Capítulos y juntas de esta Orden, no estando impedido por enfermedad o causa legítima, de que daré cuenta a Su Majestad, para que sustituya y cometa mis veces a persona que tenga los requisitos que disponen las Constituciones de la Orden; no sellaré con el sello de ella los despachos concernientes a honor de los Caballeros sin orden expresa de Su Majestad, ni dejaré por odio, temor, favor y afección de decir y proponer en los Capítulos y juntas todo lo que me fuere encargado por el Soberano de esta Orden, y declararé en tiempo y lugar las declaraciones y determinaciones que se tomaren en los Capítulos, así en correcciones como en otras cosas; guardaré el secreto que disponen las Constituciones sobredichas, y generalmente ejerceré este mi oficio de Canciller, en todo y por todo, bien y fielmente, así Dios me ayude y todos sus Santos."
En acabando de leer alza el índice de la mano izquierda, y llegando la mano derecha a la boca, la besa y pone sobre su pecho y después sobre el misal.
El Tesorero de la Orden se hinca de rodillas y da a Su Majestad el sello en una salva, y Su Majestad le entrega de su mano al Canciller, y dice al Grefier:
"Dadle su despacho así y en la forma que a su predecesor."
Y al Canciller:
"Id a tomar posesión de vuestro lugar en el banco."
Siéntase el Canciller, y Su Majestad se levanta y vuelve a su aposento, acompañándole los Caballeros hasta la puerta, con que se da fin al acto.