Educar, las buenas razones
Acompañar a nuestros hijos en su desarrollo y enseñarlos a pensar, invitarles a buscar siempre buenas razones que respalden sus decisiones
Los hijos: la educación con un buen ejemplo como maestro
Otra opción que tenemos los padres es acompañar a nuestros hijos y educarlos con un buen ejemplo. Cómo puede ser un pequeño respetuoso, si él no es respetado; cómo puede aprender a amar y a considerar a los demás si él no es amado; cómo puede aprender el valor de la paz si por todos los lados la violencia se le muestra como única realidad.
Los seres humanos no elegimos entro lo bueno y lo malo, sino entre lo bueno y lo mejor. Imaginemos a un pequeño al que le gustan las manzanas y nosotros le damos a elegir entre una manzana roja y jugosa y otra que está muy deteriorada -estropeada-. Lo lógico es que el niño elija la manzana roja y jugosa.
Este mismo ejemplo lo podemos llevar al terreno de los valores morales; las personas, aún desde niños, elegimos aquello que consideramos que es mejor y más beneficioso para nosotros. Por eso, es importante que ayudemos a nuestros hijos, desde pequeños, a buscar las mejores razones para elegir un juguete o un programa de televisión.
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Un buen método es pedirle a nuestro hijo, de vez en cuando, que nos de buenas razones para explicar actos sencillos y cotidianos. Cuando se pelea con un amigo, por ejemplo, pídele que te de buenas razones del porqué lo hizo; también, cuando tenga un gesto de amabilidad o de responsabilidad pídele que te explique porqué lo hizo, esto le ayudará a reflexionar y poco a poco se convertirá en una costumbre que lo llevará a pensar en las consecuencias de sus actos.
Crecer moralmente significa entender el mundo más allá de sí mismos.
A los niños hay que tratar de enseñarles las cosas de un forma amena y divertida, para que asimilen mejor los conceptos. Si nos les parece entretenido o interesante, será difícil que ponga mucha voluntad por su parte.