Indicaciones a las profesoras.
La elegancia puede estar en una manifestación original y espontánea de una persona instintiva e intuitivamente refinada.
Convivencia Social. Formación Familiar y Social. Tercer curso.
No podemos hacer de todas las muchachas de España unas muchachas de uniforme. Si se aceptasen estas reglas como artículos de fe, si todas las mesas estuviesen igualmente servidas, y todas las muchachas anduviesen igual, y todas hubiesen leído los mismos libros, desaparecería la sal de la Tierra.
La elegancia es a veces la gracia personal. La elegancia puede estar en una manifestación original y espontánea de una persona instintiva e intuitivamente refinada.
Sentada la premisa de la exigencia moral, de la veracidad, de la autenticidad, hay que dejar a la iniciativa de cada cual la interpretación de las reglas de cortesía y urbanidad. Pues si se hace una generación amanerada, ya se ha hecho lo contrario de lo que nos proponíamos.
Así que si se dan ejemplos no se tomen tampoco al pie de la letra. No se exija el aprendizaje de estas lecciones como si se tratase de la conjugación de un verbo o de la tabla de multiplicar.
Estas clases han de prestarse a la discusión y a los comentarios. Que no vean las alumnas estas lecciones como cuadros sinópticos que tienen que grabar en su memoria para cuando llega la reválida...
Estas lecciones les interesan para su propia vida, y no han de tomar de ellas más que aquello nuevo que les sorprenda. Pues lo que ya sabían, bien está que se les recuerde, y a este fin tienden estas lecciones, pero que no se atormenten con el agobio de una interpretación reiterada y a veces innecesaria.
Las citas, poesías, todo lo que puede darles nuevas ideas, deben leerlo en clase y demostrar haberlo comprendido. Aquello que les sea conveniente recordar porque encierre una moraleja, que lo aprendan de memoria si no es demasiado difícil. En especial las citas en verso, refranes y alguna frase sugerente.