¿Relajo o dejadez?

Durante el verano quien más quien menos disfrutamos del momento más esperado del año las deseadas vacaciones

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Buenos modales de vacaciones. Relajarse en el campo foto base Pexels - Pixabay

Vacaciones de verano: ¿dejamos los buenos modales en casa?

Durante el verano quien más quien menos disfrutamos del momento más esperado del año las deseadas vacaciones, y todos relajamos un poco nuestras costumbres. Pues bien, este verano he visto conductas que confunden el relax con la dejadez.

Según el diccionario:

Relajo, "Relajación en las costumbres o en el cumplimiento de las normas".

Dejadez, "Pereza, negligencia, abandono de sí mismo o de sus cosas".

- He visto los caminos para ir a las calas especialmente sucios, me pregunto como en un paraje natural hay personas que todavía no entienden que no hay que dejar basura tirada, papeles, latas, colillas...

- En un coqueto restaurante pude oír la siguiente conversación:

"¿Señorita me puede hacer un favor?

Dígame.

¿Me podría traer unas tijeras?

Dígame como para que aplicación y veré que puedo hacer.

Es para cortar la lechuga que está muy grande".

- Comiendo en un restaurante con suelo de parquet, insisto, era un restaurante no un chiringuito y no estaba cerca de la playa, me llamó la atención una mesa que teníamos al lado porque las niñas estaban jugando y gritando debajo de la mesa (esto merece párrafo aparte) vi el suelo lleno de arena, si, si, arena de playa, los pies de los adultos llenos de arena hasta las pantorrillas y desde luego todo el parquet rayado...

- En la piscina del hotel he visto gente llegar de la playa con arena hasta los tobillos y zambullirse sin pasar por el complicado proceso de "desalinización y desarenización", también llamado: ducha de la piscina

- Me ha llamado la atención ver en el restaurante a la hora del desayuno que algunas personas tocan la barra de pan con las manos para cortar el trozo que van a utilizar, (siempre hay una servilleta al lado) es más, un señor se llevó una "baguette" a su mesa y devolvió el trozo sobrante después de manosearla bien, eso si, para llevarlo utilizó un plato, tiene su gracia!

- Me pone los pelos de punta ver en el buffet personas con platos hasta arriba de comida, que luego queda abandonada en la mesa.

- Ahora supongo que alguna mamá se pondrá las manos en la cabeza y me dirá de todo pero, capítulo aparte merece lo de los niños en el restaurante. Me encantan los niños pero, no soporto y no creo que sea necesario que las criaturas estén pululando por las mesas de alrededor, correteando, gritando porque quieran más helado o molestando a los camareros, y no hay que confundir: el restaurante no es un chiquipark. Tampoco entiendo muy bien esa manía de algunos padres de hablar tan alto a los niños, son pequeños no sordos!

- Y esta ya es la última y ha sido a la vuelta ya en Barcelona, una chica invidente (llevaba bastón blanco) cruzando el último tramo de la Diagonal el semáforo le cambió a rojo, solo había una moto y un taxi parados, pues si, el taxista empezó a tocar el claxon como un energúmeno, no tengo palabras para semejante comportamiento. Anonadada me quedo.

Y ahora yo me pregunto: ¿nos estaremos asalvajando? no se si seré yo pero, me parece que si perdemos la educación, con ella perdemos también el respeto a los demás y a nosotros mismos y entonces esto va a parecer la ley de la jungla...