El arte de caminar con estilo: consejos para los hombres que quieren caminar de forma elegante (con vídeo explicativo)
La forma de caminar influye de manera importante en nuestra imagen
Hombres: elegancia en movimiento. Guía práctica para caminar con estilo
Sabemos, según dice el conocido refrán, que el hábito no hace al monje, aunque sí es importante para la imagen de una persona. Pero hay algo más allá de las prendas de vestir que define la verdadera elegancia de un hombre: su manera de caminar. La verdadera elegancia reside en los detalles más sutiles, como la forma de caminar. Una buena forma de caminar combina equilibrio, aplomo y una pizca de actitud.
Caminar con estilo no es un don innato, se aprende y se perfecciona con práctica constante hasta que se convierte en un hábito natural. Además de realzar nuestra imagen, mantener una buena postura al andar nos aporta numerosos beneficios para la salud. Solo hay que seguir unos sencillos consejos para andar con garbo y distinción.
Dominar el arte de caminar con estilo
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La base de todo es partir de una buena postura. Hombros hacia atrás, espalda recta sin encorvar (un cuerpo encorvado transmite desánimo y falta de energía), cabeza erguida, sin exagerar, mirando al frente. Una ligera elevación del mentón puede denotar confianza, pero cuidado con proyectar aires de superioridad. Un truco para evitar levantarla demasiado es asegurarte de que tu barbilla forme un ángulo de 90 grados con el suelo.
Los brazos deben colgar relajados con los codos ligeramente flexionados, acompasando su vaivén al ritmo de nuestros pasos. Ni demasiado rígidos ni sueltos por completo. Debe ser un movimiento armonioso, nada exagerado. Los movimientos excesivos o bruscos pueden resultar poco naturales y poco elegantes. Una mano en el bolsillo puede añadir un toque casual a nuestra postura.
En cuanto a las piernas, los pies deben avanzar en paralelo al borde la acera, apuntando hacia adelante, a no ser que existan problemas físicos que lo impidan (por ejemplo, los conocidos pies planos). Los pies no se deben arrastrar. Hay que levantarlos del suelo con un movimiento fluido tacón-punta que describen los expertos. Se apoya primero el tacón; el pie balancea hacia adelante hasta llegar a la punta y volvemos a la posición inicial del tacón.
Convertir una buena postura en un hábito requiere práctica y constancia. Debemos prestar atención a nuestra forma de caminar en nuestro día a día y realizar correcciones cuando sea necesario. La clave está en caminar con naturalidad y seguridad. La elegancia no está reñida con la comodidad. Con un pequeño esfuerzo notaremos una mejora inmediata en nuestra forma de caminar, ganando estilo, proyectando una imagen impecable y a la vez estaremos cuidando nuestra salud.