La importancia de sonreír
"Sonreír"no cuesta nada; enriquece a quienes la reciben, sin restar a aquellos que la dan
Sonreír a la vida: beneficios emocionales, sociales y laborales
"Lo que deseas conseguir, más fácilmente lo obtendrás con una sonrisa que con la punta de la espada", decía el afamado dramaturgo, poeta y actor inglés William Shakespeare, conocido como el "Bardo de Avon". Qué duda cabe: "sonreír" es una de las expresiones más cálidas, espontáneas y afables.
Es una herramienta para engrandecer la comunicación en cualquier circunstancia, tiempo y lugar. Una suerte de "llave mágica" encaminada a facilitar la convivencia cotidiana y, además, abrir numerosas puertas en la actividad profesional y personal. En síntesis, alberga una mayor trascendencia e implicancia, más allá de mostrarse favorable a una persona, suceso o asunto. Su autenticidad es natural, fluida y elude responder a artificiales manifestaciones o momentos, como podemos comprobar con asiduidad.
Tengamos presente: "sonreír"no cuesta nada; enriquece a quienes la reciben, sin restar a aquellos que la dan; se produce como un relámpago, pero su impacto a veces dura indefinidamente; no existe persona que no la necesite, ni quien esté imposibilitado de dar; es fuente de placidez en el hogar; promueve negocios y fortalece amistades; es incentivo para cansados; coadyuva en una sobresaliente proyección de la imagen personal; es un "don"divino a nuestro alcance e inspirador de tantos beneficios que bien vale convertir la sonrisa en un elemento inherente a la individualidad.
Te puede interesar: Sonrisa positiva. Mejorar nuestras relaciones sociales sonriendo. La sonrisa y la expresión facial (con vídeo)
Es fundamental para establecer relaciones interpersonales, mejorar el humor y hasta liberar hormonas que producen sensación de bienestar en el cuerpo. Sin embargo, hay hombres y mujeres renuentes a "sonreír" con naturalidad, afabilidad y reiteración. En ocasiones concurren razones anímicas, emocionales, vinculadas a la personalidad, la salud espiritual y la autoestima que determinan su ausencia. En este caso, recomiendo analizar individualmente cada situación con la finalidad de indagar sus orígenes y, además, analizar sus repercusiones.
Dentro de este contexto, aconsejo hacerlo al saludar, despedirse, dialogar, entre otras múltiples circunstancias. Hágalo al empezar una disertación en público: resalta su entereza, seguridad y lo aproxima con el auditorio mediante una conexión mágica; su proyección es un estupendo punto de partida en el lazo que establecerá con los asistentes. Esta expresión tiene una connotación altamente impactante en la creación de una atmósfera de acercamiento interpersonal. Soslayemos exhibir temores o vacilaciones por suponer que se pueden generar erradas interpretaciones.
El recordado pontífice romano Juan XXIII afirmó: "Cuando uno es joven, sonríe en el vigor de la edad y de la inocencia; cuando se es viejo, en la riqueza de la experiencia" y la célebre Madre Teresa de Calcuta expresó: "La santidad consiste en hacer la voluntad de Dios con alegría". La biblia también incluye unas ilustrativas referencias: "Aún llenará tu boca de risa, y tus labios de júbilo" (Job 8:21). El Salmo 126:2 precisa: "Entonces nuestra boca se llenará de risa, y nuestra lengua de alabanza; entonces, dirán entre las naciones: Grandes cosas ha hecho el Señor con estos".
En el ámbito corporativo y, especialmente, en recepción, ventas, caja, mesa de partes y afines, es pertinente poseer un talante abierto para "sonreír" y causar una gentil impresión a su interlocutor y, por lo tanto, generar una reacción que inspire acercamiento, confianza y afabilidad. En este sentido, evoquemos el sabio y conveniente proverbio chino: "La persona que no sabe sonreír no debe abrir tienda".
Observo cómo estas elementales ideas se evaden incorporar y valorar en entidades con colaboradores altamente deficientes, entre otras razones, por su proceder negativo, poco amable y nulas habilidades blandas. Lo que pone a la vista una evidente insuficiencia profesional. Conozco cuantiosos casos en que los encargados de la atención al cliente solo poseen óptima presencia y, coincidentemente, algún cercano enlace con altos funcionarios de la compañía. ¡Nada más!
Quienes están encargados del trato al público deben ostentar una sólida formación emocional, técnica y las destrezas destinadas a convertir su quehacer laboral en una jornada positiva y fructífera. Es ineludible aleccionarlos a fin de dotarlos de talentos enfocados a generar una agradable actitud. En consecuencia, ello abonará en el clima laboral, en la superación individual y la complacencia recíproca de los trabajadores.
Recomiendo reclutar empleados con el perfil adecuado para "sonreír" de manera acogedora. En el trato con concurrentes externos, concibe una primera virtuosa sensación y muestra sincera efusividad; proyecta tranquilidad, delicadeza y armonía interior. También, en el contexto interno empresarial, debemos practicarla como medio de integración y favorable conexión con los compañeros de labores.
Recuerde siempre: es una terapia anímica, un poderoso código de comunicación no verbal y un enunciado que causará un excelente rédito en su día y en su proximidad con sus semejantes. "Sonreír" a la vida, a su vida y a quienes lo rodean es un acto simbólico e inapreciable de ilusión, alegría y paz. Conviértala en una perseverante e innegable "tarjeta de presentación".