No te canses de dar las gracias...

Hay que ser espléndidos con las muestras de gratitud. La generosidad a la hora de agradecer debe estar a la orden del día

 

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Muestras de gratitud. Simplemente, da las gracias

Por cualquier cosa que los demás hagan por ti. Aunque sólo sea un gesto aparentemente menor, un detalle objetivamente casi imperceptible, mínimo, diminuto. Harás sentir bien a tu bienhechor y tú te sentirás incluso mejor. Un win-wincomo una catedral. Y lo más importante, tú crecerás como persona.

Algunos tacaños creen que hay que ser muy selectivo a la hora de agradecer. Incluso te demuestran con datos contrastados que los agradecimiento vía e-mail, whatsapp, ... etc. son un derroche de tiempo y energía. Y es posible que, contemplado desde esta perspectiva, sea realmente así, pero intuyo que el coste afectivo de quedarte sentado esperando una expresión de gratitud que no llega es infinitamente superior. Y eso, a mi modesto entender, no es dependencia emocional, ni necesidad patológica de mimos, sino puro sentido de la reciprocidad.

A este respecto, el quejoso "el muy maleducado... no me ha dado ni las gracias..." , pronunciado con un indisimulado tono de reproche, habla por si sólo.

Otros, para justificar su racanería relacional, argumentan que ser espléndidos en muestras de gratitud es perder fuerza y autoridad y que además te hace aparecer a los ojos de los demás como un blandengue ansioso de aceptación.

No comparto esta tesis en absoluto. Los mejores directivos con los que he tenido la suerte de trabajar comparten un rasgo común: aprovechan cualquier ocasión para agradecer las aportaciones de sus colaboradores, por insignificantes que puedan parecer.

Los hay también "normativistas" que se excusan diciendo que no tienen que dar las gracias por algo que forma parte de las obligaciones de alguien. Otra falacia. Independientemente de que nos retribuyan por lo que hacemos, si somos un poco empáticos, sólo un pelín, reconoceremos que, en mayor o menor medida, todos aspiramos a que se nos valore nuestra contribución de una forma más humanizada, además de la impersonal nómina de final de mes. Salario emocional, le llaman los expertos.

Y aunque hay formas de agradecimiento y reconocimiento más elaboradas y meritorias (los obsequios, las cartas de agradecimiento, ... etc) - faltaría más -, dar simplemente las gracias es la fórmula universal por excelencia para mostrar gratitud hacia quien se ha tomado la molestia de hacer algo por ti. Aunque sea acercarte el salero.

Y por último, para los ingratos detractores que protestan y arguyen que estas gracias "automáticas" ya no tienen ningún valor por la sobreutilización que se ha hecho de ellas, les dedico esta sentencia que escribió un sabio autor francés hace más de trescientos años y que viene que ni pintada para el post de hoy:

"Solo un exceso es recomendable en el mundo: el exceso de gratitud" (Jean de la Bruyère)