Reglas de etiqueta del perfume: la sutileza de un aroma que cautiva los sentidos cuando se utiliza de forma correcta. Cómo usar un perfume correctamente
El perfume deja una huella invisible en las personas con las que relacionamos cuando lo sabemos aplicar en su justa medida
Perfumarse apropiadamente: el equilibrio entre una agradable fragancia y la prudencia
La elegancia de una persona tiene muchos matices. Uno de ellos es el perfume. El perfume desempeña un papel fundamental para cautivar, no solo los sentidos, sino para dejar una impresión duradera en las personas que nos rodean. No se trata únicamente de elegir una fragancia agradable y refinada -una elección muy personal-, sino de saber cómo aplicarla y cuándo hacerlo. Las reglas de etiqueta cuando usamos un perfume puede marcar la diferencia en la forma en que nos perciben los demás.
Elegir la fragancia adecuada para cada ocasión
Los perfumes tienen sus momentos. No es lo mismo ir a la playa que a un baile de gala o una entrega de premios. No es lo mismo ir a trabajar que ir al cine. Debemos aprender a escoger la mejor fragancia para cada momento. El mercado nos ofrece una gran variedad de aromas y precios.
Cada persona tiene su propio gusto y preferencias, pero es importante considerar la ocasión y el entorno en el que nos encontramos. Algunas fragancias pueden ser más apropiadas para entornos laborales, mientras que otras son perfectas para momentos de ocio, momentos más relajados y casuales. Adaptar nuestra elección de perfume a cada ocasión es una forma de respeto hacia los demás.
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No debemos olvidar que el perfume es un accesorio invisible, pero muy poderoso que puede transmitir, en buena medida, ciertos aspectos de nuestra personalidad y estilo. Es como una melodía cautivadora que deja una agradable estela a nuestro paso. Sin embargo, al igual que una melodía mal interpretada, un perfume poco apropiado en cantidad y en aroma -que sea demasiado intenso- puede resultar estridente, abrumador y desagradable.
¿Cuáles son las reglas de etiqueta adecuadas cuando hablamos de perfumes?
1. Hora del día. Durante el día se suelen utilizar perfumes más frescos y ligeros. A medida que se acerca la noche, podemos escoger algún aroma más intenso.
2. Entorno. Como hemos comentado, no es lo mismo perfumarse para ir a trabajar que para algunos momentos de ocio.
3. Cantidad. Hay que ser prudentes. Excederse con la cantidad de perfume puede ser molesto para nuestro entorno, además de generar una actitud negativa hacia nosotros. Una persona perfumada en exceso puede ser muy molesta en espacios pequeños como un autobús, un ascensor, etcétera.
4. Situaciones especiales. Si vamos con personas que son alérgicas a los perfumes, si vamos a una cata de vinos, si vamos a visitar a un enfermo, u ocasiones de este tipo, puede ser buena idea no perfumarse, o hacerlo de forma muy, muy sutil.
5. Partes del cuerpo. Según los expertos, las mejores zonas para ponerse un poco de perfume son las muñecas, el cuello y una gotita detrás de las orejas.
Errores que solemos cometer cuando usamos perfume
1. Rociar el perfume por encima de la cabeza o de la ropa. No es muy apropiado. Aunque esta opción la podemos ver incluso en redes sociales, rociar al aire y pasar por delante, como si fuera una lluvia que nos moja no es correcta. Es un desperdicio, además de impregnar el suelo y todo el entorno con ese aroma.
2. Echarse perfume en grandes cantidades. Es un error y una falta de respeto hacia las personas con las que estamos. Es una invasión invisible de su intimidad olfativa. Solo deben percibir un ligero aroma quienes están muy cerca de nosotros.
3. Mezclar perfumes. Nos perfumamos por la mañana y a medida que pasa el día nos ponemos otro perfume distinto encima -o incluso más de uno-. Esas mezclas no son buenas. Hay que pasar primero por una buena ducha o baño si queremos utilizar otro perfume.
4. Usar aromas muy intensos. Algunas veces no depende de la cantidad sino de la intensidad del aroma. Hay fragancias demasiado intensas, incluso cuando se utilizan en pequeñas cantidades. Hay que buscar ocasiones muy especiales para poder utilizar este tipo de perfumes. Es mejor utilizar aromas más suaves y ponernos un poco más cuando haga falta, si con el paso de las horas se pierde su aroma.
5. No pedir consejo. Aunque la elección de un perfume es algo muy personal, los expertos pueden aconsejarnos cuál puede ir más acorde a nuestra personalidad, nuestros gustos y nuestra forma de vestir. Puede ser un gran acierto combinar nuestro vestuario con nuestro perfume.
El uso apropiado del perfume es un arte sutil que requiere una cierta sensibilidad y mucha consideración. Si elegimos y aplicamos bien nuestro perfume, podemos cautivar los sentidos y a las personas con las que estamos. La elegancia no únicamente consiste en vestir bien, sino en oler bien, pero en su justa medida.