Deberes de los niños para con Dios

Los niños que asisten a la misa u otras ceremonias deben conocer sus obligaciones y aprender la forma correcta de comportarse

Reglas de urbanidad. 1870.

 

Iglesia. Interior de la iglesia de Elmslie, George Town. Roger Wollstadt

Deberes de los niños para con Dios

Aquella urbanidad

Además de los deberes que la moral cristiana nos impone para con Dios ¿tenemos también algunos otros que prescribe la moral civil?

Sí señor. Y es de tal importancia y significación que sin ellos apenas podemos honrarle debidamente.

Y ¿en qué lugar debemos manifestar la finura de nuestra cortesanía para con Dios a quien debemos adorar?

En todo lugar, pero con especialidad en el templo.

¿Cómo debes producirte cuando asistas a la casa del Señor?

Del modo más respetuoso y atento, manifestando ser buen cristiano a la par que un niño bien educado.

¿Podrás decirme cómo te portarás al entrar en la Iglesia?

En primer lugar, me descubriré la cabeza; tomaré el agua bendita con los dedos índice y corazón de la mano derecha; haré la señal de la Cruz con respeto y reverencia, y después de adorar al Señor encerrado en el Sagrario, haciendo genuflexión con una rodilla, me dirigiré al lugar o sitio donde deba fijarme.

Muy bien. Y ¿ cómo te portarás si Su Divina Majestad está expuesto como sucede en las cuarenta horas o en las grandes festividades?

Entonces haré la genuflexión doblando ambas rodillas, y dispuesto de esta manera haré una inclinación con la cabeza.

Y cuando el sacerdote que celebra en el altar por donde tu pasas está elevando el cuerpo o sangre del Señor, o administra la sagrada comunión ¿cómo deberás portarte?

Permaneceré arrodillado hasta concluir la elevación o la administración de la comunión, a no ser que tenga urgencia grave en un caso de salida.

Y cuando alguna persona mayor va contigo a la Iglesia ¿cómo te producirás al llegar a la puerta?

Me adelantaré para abrírsela y servirle el agua bendita.

Y llegado al sitio que hayas elegido ¿cómo permanecerás en él?

Con humildad y respeto, devoción y recogimiento, dando principio por ponerme de rodillas, santiguarme y saludar a Su Divina Majestad al menos con la estación de costumbre.

Y cuando te hayas sentado ¿te recostarás en el banco, en la silla o en la pared cruzando las rodillas o enredarás con los pies?

No señor, porque además de ser eso altamente irreligioso es una enorme grosería.

Y ¿qué me dices de la costumbre de algunos que se agitan y mueven la cabeza a todos lados, hacen gestos y saludos y hasta se besan en la Iglesia?

Que valiera más que no concurrieran a ella, porque así no indicarían su poca devoción y no darían escándalo a los circunstantes que los observan.

Y ¿cómo oirás la Santa Misa?

Colocado reverentemente en el lugar que haya elegido, atenderé con cuidado a cada una de las sagradas ceremonias, considerando su significación con un devocionario, si le tengo.

Muy bien, ¿mas yo quisiera me dijeses las maneras que usarás oyendo la Santa Misa particularmente hasta el evangelio?

Me pondré de rodillas, y haré con el sacerdote la señal de la Cruz y al tiempo que la comienza, y permaneceré así la lectura del santo evangelio en que debo levantarme para profesar mi fe; no sentándome después hasta que el celebrante recite el ofertorio.

Y desde el Sanctus en adelante ¿qué harás?

Me arrodillaré al sonar la campanilla, para elevar mi corazón juntamente con el sacerdote que se prepara a la consagración; y al elevar las especies sagradas además de arrodillado con ambas rodillas, inclinaré la cabeza, y no me levantaré ni tomaré asiento hasta que el sacerdote haya comulgado.

Y entonces ya, ¿qué harás hasta terminar?

Pronunciadas las últimas oraciones me colocaré de rodillas para recibir la bendición, inclinando la cabeza al recibirla, y estaré de pié para el último evangelio del mismo modo que el primero.

Y cuando asistas a los divinos oficios ¿cómo debes producirte?

Además del modo referido en las reglas generales, guardaré las que me señalen con su ejemplo las personas bien educadas, y en particular imitaré a los señores sacerdotes.