El arte de servir en la mesa. I

Servir la mesa de forma ordenada y correcta es todo un arte, así como saber realizar otras tareas propias de un buen anfitrión.

Tratado de urbanidad para uso de las escuelas. 1865.

 

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El arte de servir en la mesa.

Los puestos de honor en la mesa, después de la cabecera, son el de la derecha e izquierda de la señora de la casa. Otros dos sitios de preferen­cia son los de cada lado del dueño. Este y su es­posa, para mayor comodidad del servicio, se colo­can frente a frente o en el centro de la mesa, y por regla general a una distancia proporcionada a todos los comensales.

El que haga los honores de la mesa debe ob­servar las siguientes reglas:

1. Sentados ya todos comenzará por servir la sopa a las personas convidadas, prefiriendo en igualdad de circunstancias las señoras a los caballeros, y a estos según su calidad o el orden de sus puestos empezando por la derecha.

2. Indicará a la persona a quien vaya a ser­vir las clases de sopa que hubiere, y después que con el cucharón haya puesto en un plato la que aquella prefiere, se lo entregará con la mano de­recha y recibirá al propio tiempo con la izquier­da el plato que la misma le alargue, el cual lle­nará desde luego pasando a servir a otro sujeto.

3. Atenderá al número de los que ocupan la mesa y a la cantidad de los manjares que a ella salgan, a fin de hacer otras tantas partes o algu­nas más; pero repartirá de todo de manera que siempre sobre y nunca falte, sin incurrir en la demasía para no dar con la escasez.

4. No tomará para sí hasta que los demás es­tén servidos.

5. Lo que se sirva a otro se pondrá general­mente en un plato limpio, y no se dará con el cu­chillo, el tenedor o la cuchara, mayormente si fue­sen los que acabamos de usar. Sin embargo, el pan ya sea entero, como cuando es pequeño, ya en rebanadas, se sirve con la punta del cuchillo.

Antes de repartir el cocido se pone en un plato todo lo que hubiere de tocino; el ave, carnero, vaca u otra especie de carne se traslada a otro, y la verdura, los garbanzos, etc., que quedaron en la fuente se reparten con cuchara. En el interín se corta el tocino en pequeños trozos y las carnes al través en tajadas más o menos largas y propor­cionadas, despojándolas de los huesos, tendones y grasa. Hecho esto se coloca un tenedor limpio en el plato que se hace pasar en seguida para que cada uno tome lo que apetezca.