El cuerpo de la carta.
Antiguamente se dejaba siempre una márgen de dos o tres dedos; pero en el día solo se conserva esta cortesía con las personas superiores...
El cuerpo de la carta.
Antiguamente se dejaba siempre una márgen de dos o tres dedos; pero en el día solo se conserva esta cortesía con las personas superiores, y con las que tratamos con poca familiaridad. En la serie de una carta, por muy corta que sea, se debe colocar a propósito del título de Señor o Señora. Es necesario evitar cuidadosamente las palabras con que por lo regular empiezan algunas cartas: "tomo la pluma para escribir a usted"; "tengo el gusto de escribir estas cuatro letras", etc. En la respuesta a una o muchas cartas evítese la repetición: "se puede", "sin embargo", "recordar la fecha", "cuya circunstancia es indispensable en las cartas de negocios".
En cualquier estilo que se haya empezado una carta es necesario sostenerle hasta el fin, a no tener bastante talento para pasar de un estilo a otro sin incurrir en una necedad. Sobre todo, repito, que no olvidéis nunca la calidad de la persona a quien escribís; no toméis un tono jocoso con la que esté de duelo, ni os sirváis de expresiones familiares con las superiores o con las que tratáis con poca confianza. Condescended también con las debilidades de los que tienen un concepto demasiado ventajoso de sí mismos, pero sin descender hasta la bajeza; esta advertencia no es despreciable, porque no se debe de escribir a nadie para ofenderle.
La política no permite que se escriba con interrogaciones a las personas que son superiores a nosotros; esto supone familiaridad. Se puede, sin embargo, usar esta figura acompañada de un paliativo respetuoso, por ejemplo, si queremos saber alguna podremos decir: "perdonadme, señor, la libertad que me tomo de haceros esta pregunta", etc.
Tampoco se debe usar del modo imperativo: "mandad, señor, que todo esté pronto para cuando lleguemos a vuestra casa". Es necesario usar un correctivo que dulcifique la expresión; por ejemplo: "tened la bondad de mandar que esté todo dispuesto para cuando lleguemos", etc.
Es también impolítico enviar una carta con raspaduras, borrones, interlineados y adiciones; vale más escribir otra de nuevo. También es una grosería, cuando se hace mención de los parientes del sujeto a quien se escribe, decir secamente "su hermano de usted", "su tio", etc.; debe decirse "su señor hermano", "su señor tio", etc.
Cuando el asunto de la carta concluye demasiado abajo es necesario manejarse de modo que queden dos líneas para concluir en la página siguiente; pero no deben ser menos de dos.