Modas de paseo para los recién casados
Los caballeros llevan el sombrero de terciopelo carmesí, copa elevada, ala ancha y arremangada por detrás
Reglas de etiqueta para el paseo de los recién casados
Aquella urbanidad. Modas de la época
Los recién casados salen a paseo de bracero llevando un perrito galgo como símbolo de la fidelidad. La novia debe aparentar calor aunque sienta frío. De ahí proviene el llevar la capota caída. Las capotas a la dernier son embudos guarnecidos de papel dorado.
Las sombrillas han ido reduciéndose hasta tal punto, que las señoras más elegantes llevan un solideo unido a un saca-trapos.
El chal es de estera fina de Elche. El vestido debe tener mucho vuelo para que quepa debajo el ARMADOR de corcho o de algodón, y tan largo que no se vean los pies a fin de poder ahorrar el gasto de medias y zapatos.
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Los caballeros llevan el sombrero de terciopelo carmesí, copa elevada, ala ancha y arremangada por detrás. El uso de un gran cuello de camisa está tan en boga, que los más elegantes ponen el cuello en el cuerpo y los faldones muy almidonados salen de la corbata de suela que también está bastante alta.
La barba a lo patriarca es signo de buen gusto, así es que los jóvenes de gran tono que son por naturaleza imberbes la llevan postiza de esparto de Cartagena o de Almería. Sigue la moda de los higos secos por botones y del bastón de tambor mayor. Los guantes tanto para señora como para caballero son de damasco, el de la mano derecha carmesí y el de la izquierda amarillo. Se ajustan a la muñeca por medio de un bramante o un poco de pan mascado.
Rima para las señoritas solteras
Las señoritas solteras más elegantes van por el Prado saltando sucesivamente una por encima de otra gritando:
A la una le daba la mula.
A las dos le daba la coz.
A las tres los tres hijos de San Andrés; 1, 2 y 3.
A las cuatro brinco y salto.
A las cinco salto y brinco.
A las seis machaca la vieja los ajos en el almirez;
machácalos bien que son para comer,
machácalos mal que son para cenar.
A las siete tente capiruchete etcétera,
mientras que los papás y las mamás las siguen atracándose de melón.