Protocolo es tradición
Una de las novedades que recoge el código de conducta y ético se refiere a las placas conmemorativas, donde se determina que los miembros de la Deputación de Ourense, en el ejercicio de sus responsabilidades de gobierno
Protocolo es tradición
Hacíamos referencia hace unos días al código ético y de conducta que presentaba el titular de la corporación provincial y que iba a aplicarse no sólo a los miembros de la misma, sino también al personal adscrito a dicha institución.
Una de las novedades que recoge el mismo se refiere a las placas conmemorativas, donde se determina que los miembros de la Deputación de Ourense, en el ejercicio de sus responsabilidades de gobierno, "comprométense a non colocar placas en edificios públicos con nomes de persoas", y a continuación subraya: "Erradicando así unha práctica política que foi común na xestión das administracións públicas durante o século XX".
Conviene matizar que las prácticas protocolarias se sustentan no sólo en un conjunto de normas y reglas, sino también en los usos sociales y en la aplicación de tradiciones y costumbres que, con ese uso, adquieren rango de norma (ya lo decía Montesquieu: "Los usos sociales más estables, se hacen norma").
En cuanto a la ceremonia de descubrimiento de una placa conmemorativa, aunque ya hablamos de ello en un artículo anterior publicado el 29-05-2013, es un movimiento protocolario inherente a la propia praxis ceremonial. Aunque el contenido de la misma responde a una redacción protocolizada, siempre, con esa placa, se deja testimonio de un hecho y sirve como reconocimiento.
De un tiempo a esta parte, y lo comentábamos en aquel artículo, está en boga en algunos estamentos dejar constancia exclusivamente de lo que se inaugura, sin aludir a las personalidades que en ese momento ostentan una representación institucional. Por ejemplo, testimoniar que "Este edificio o centro, ha sido inaugurado en el día de la fecha", y a veces se le pone una coletilla tal como "para servicio de la ciudadanía" o para "uso y disfrute del pueblo", o algo parecido.
En cualquier caso, el uso de placas conmemorativas seguirá vigente y forma parte del ceremonial de protocolo que se fundamenta, como decimos, en usos, tradiciones y costumbres. Lo que se quiera poner en el texto interior queda al albedrío de quien promueva el acto, y con total libertad para quitar o poner nombres.