Regla de oro del comportamiento a bordo. Ceremonial marítimo
Si hubiera que resumir en pocas palabras un regla de oro para convivir en un barco sería: vive y deja vivir
Respeta y serás respetado. Saber convivir
En el a veces agitado transcurrir de la vida de a bordo es conveniente, para la debida tranquilidad espiritual, gozar de una cierta independencia, vivir sin avasallar al prójimo con nuestros gustos o con nuestros problemas y esperar que el prójimo lo haga, asimismo, con nosotros.
Si así se hace, pueden convivir todo tipo de caracteres y personalidades: intelectuales o incultos, místicos o materialistas, sensibles o rudos... todos caben y de todos hay.
El barco los tolera a todos, aunque peor a los charlatanes y farsantes. Por ello, la regla de oro del comportamiento personal ha de ser: huir de la vulgaridad, tanto como del amaneramiento, y ser siempre discretos y nobles.
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