Entierro de los Señores Infantes.
El Mayordomo Mayor de S. M. escribe al Prelado que Su Majestad nombra para ir con el cuerpo, que se prevenga.
Entierro de los Señores Infantes.
Habiendo muerto S.A., el Aya pone el cuerpo en un ataúd y le cierra, quedándose con la llave, y luego le llevan al Oratorio.
El Mayordomo Mayor de S.M. escribe al Prelado que Su Majestad nombra para ir con el cuerpo, que se prevenga.
Avisa por papel al Capellán Mayor del día y hora del entierro, para que nombre y prevenga ocho Capellanes, un Furrier y dos mozos de Oratorio.
Al Caballerizo Mayor, para que esté a punto lo que toca a su gremio.
Nombra seis Gentiles-hombres de la boca y otros seis de la casa.
Escribe al Presidente de Castilla para que nombre un Alcalde.
Da orden al Mayordomo que ha de ir con el entierro para que prevenga lo necesario, y él, al Capitán de la Guardia y al Contralor para el carruaje, casa, convento y lo demás que le toca, y al Ugier de sala para que avise a los Gentiles-hombres de la boca y de la casa.
El Contralor previene el carruaje y avisa a los conventos de Santo Domingo, San Francisco, San Agustín y el Carmen, para que de cada uno se prevengan seis frailes, y al tiempo necesario da orden que un Correo de la Caballeriza les haga llevar las mulas a sus casas.
Al tiempo de partir, el Aya hace entrega al Mayordomo y al Prelado que han de ir con él, por ante el Secretario que para esto se señala, y la llave se entrega al Mayordomo.
Bajan el cuerpo por las escaleras retiradas los Mayordomos de S. M. y de la Reina Nuestra Señora y Altezas hasta el jardín o huerta de la Priora, a donde aguardan los que han de ir con el entierro.
Allí le toman los Gentiles-hombres de la boca y le ponen en las varas, y después, siempre que es menester, bajarle o ponerle en ellas, lo hacen los de la casa, y siendo necesario, ayudan los Monteros.
El entierro se compone de esta manera:
Los alguaciles de Corte, delante.
Las Órdenes por su antigüedad, con hachas.
Seis Gentiles-hombres de casa.
Seis Gentiles-hombres de boca.
Dos Caballerizos de la Reina.
La Capilla con la Cruz.
El cuerpo y seis Pajes con hachas a los lados, y más afuera, seis Monteros de Espinosa.
Sigue el Mayordomo a la mano derecha y el Prelado a la izquierda.
Desde las varas delanteras de la litera, cierra en redondo la Guardia de a caballo con lanzas y banderillas negras.
El Teniente en medio, detrás del Mayordomo, y el Prelado.
Para las puertas de las Iglesias donde se hace tránsito, van doce soldados de la Guardia Amarilla y otros tantos de la Alemana.
El Mayordomo lleva Carta de S. M. para el Prior de San Lorenzo el Real, y despacha con ella algunas horas antes para que esté todo prevenido.
En todas partes en donde para el cuerpo a Misa, o por otro accidente, precede el Mayordomo, a cuyo cargo va el entierro, al Prelado.
Sube el entierro desde el Escorial a San Lorenzo por la calle de los Álamos.
Sale la Comunidad hasta el pórtico, donde tienen un bufete cubierto con un paño de brocado y el suelo alfombrado para recibirle.
Los Gentiles-hombres de boca le llevan a la Iglesia y le ponen en el túmulo, donde se quedan los Monteros de guardia, y habiendo hecho los Oficios le vuelven a tomar los Gentiles-hombres de boca y le llevan hasta la antesacristía, donde está la puerta de la bóveda, y sobre un bufete, adornado de la misma manera que el del pórtico, asientan la caja y la abre con la llave que da el Mayordomo, y él, y el Prelado hacen la entrega al Prior ante un Secretario de Estado que allí se halla para este efecto, y da testimonio de ello al Mayordomo para que le traiga a S. M.
En la puerta de la bóveda le toman los Monteros y le bajan y ponen en el lugar que ha de estar, y los Caballeros y la Casa se vuelven a Madrid.
Los entierros de las Señoras Infantas se hacen en la misma manera; sólo se añade que detrás del cuerpo va una dueña de honor en mula enlutada y le asiste siempre.