La coronación del Papa.
La coronación se celebra regularmente el primer domingo después de la elección.
CORONACIÓN.
La coronación se celebra regularmente el primer domingo después de la elección; el Papa que muere antes de ser coronado, no se considera como tal; así que Esteban I(752), y Juan XV(985), que fallecieron pocos dias después de su elección, antes de ser consagrados, no se cuentan como Pontífices.
El domingo 3 de Marzo de 1878, el Papa León XIII, se dirigió a las nueve de la mañana a la Capilla Sixtina, donde debía tener lugar la coronación.
Abría la marcha la Guardia Suiza, y la Cruz papal. Seguían los "sediari", los "bussolanti" y los "maceros"; después venían los Oficiales de la Guardia Noble y sus Comandantes; el Príncipe Asistente al Solio, y el Aposentador Mayor de los Santos Palacios Apostólicos. ("Forriere Maggiore").
Su Santidad, vestido con la sotana blanca y la muceta roja, rodeado de los Guardias Nobles, y seguido de Monseñor Mayordomo, de Monseñor Maestro de Cámara, de Monseñor Limosnero, y de otros Camareros y Capellanes secretos, venía inmediatamente.
El cortejo entró en el Aula de los ornamentos, donde los dos primeros Cardenales Diáconos le revistieron de los hábitos pontificales y le pusieron la Mitra de Oro, dirigiéndose en seguida a la Sala Ducal, transformada en Capilla, donde después de orar Su Santidad breves instantes, ocupó el Trono levantado a "Cornu Evangelii", para recibir el homenaje de los Emmos. Cardenales, que uno a uno le besaban la mano derecha, cubierta con la franja de oro del manto. Los Arzobispos y Obispos siguieron a los Cardenales, para besar el pie al Santo Padre.
Al terminar el homenaje, Su Santidad entonó el canto de "Tercia", y concluido éste, el primer Cardenal Diácono cantó el "Procedamus in pace", y reorganizándose el cortejo, al que se unieron, detrás de la Cruz, los Abogados Consistoriales, y antes de los Cardenales, el Príncipe Maestro del Sacro Hospicio, y los Abades mitrados; subiendo el Papa a la Silla gestatoria, se dirigieron todos a la Capilla Paulina, donde estaba expuesto el Santísimo Sacramento, que el Santo Padre, con la cabeza descubierta, adoró un momento de rodillas; desde allí, volviendo a subir en la Silla gestatoria, se encaminaron a la Capilla Sixtina; pero antes de llegar a su puerta, en el dintel de la misma, y dentro de la Capilla, un Maestro de Ceremonias quemó ante Su Santidad un copo de estopa puesto en la extremidad de una caña dorada, y las tres veces que ejecutó esta operación dijo en voz alta: "Pater Sancte, sie
transit gloria mundi".
Al entrar en la Capilla Sixtina los cantores entonaron el "Tu es Petrus". El Papa bajó de la Silla gestatoria al pie del altar, y después de una oración, empezó la Misa; acabado el "Confíteor", los tres primeros Cardenales del Orden de Obispos recitaron una oración cada uno, y el Decano del Orden de Diáconos impuso a S.S. el Palio Pontificio, pronunciando las palabras: "Accipe pallium, scilicet plenitudinem Pontificalis officii..." etc.
Impuesto el Palio, S.S. subió al Trono y recibió de nuevo el homenaje de los Cardenales, que esta vez le besaron el pie y la mano, y él los abrazó; de los Arzobispos y Obispos que le besaron la rodilla, y de los Penitenciarios que le besaron el pie.
Su Santidad, asistido de un Arzobispo que le presenta el libro abierto, y de un Obispo que sostiene la palmatoria, sigue la Misa en cuanto termina el homenaje. En esta Misa se canta la Epístola en latín y en griego; y al concluir, el Cardenal Arcipreste de San Pedro entrega al Santo Padre una bolsa de seda blanca, con 25 monedas, "pro missa cantata".
Al acabar la Misa, el coro canta el motete "Corona áurea super caput ejus", etc., y después el Cardenal Subdecano del Orden de Diáconos, recita la oración: "Omnipotens Sempiterne Deus, dignitas Sacerdotii", etc.
El Cardenal, segundo Diácono, quita a S.S. la Mitra de oro, y el Cardenal, primer Diácono, le impone la Tiara, diciendo en voz alta:
"Accipe Tiaram tribus coronis ornatam, et scias Te esse Patrem Principum et Regum, Rectorem Orbis, in terra Vicarium Salvatoris nostri Jesús Christi, cui est honor et gloria in saecula saeculorum, amen".
El Santo Padre bendice a los presentes después de leer las oraciones de rito, y concede indulgencias; y subiendo otra vez en la Silla Gestatoria, y con el cortejo en la misma forma que hemos dicho, sale de la Capilla Sixtina, se dirige al Aula de los Ornamentos donde recibe las felicitaciones del Sacro Colegio, y se retira después a sus habitaciones.
El Cuerpo Diplomático asiste a este solemne acto, en su tribuna reservada de la Capilla Sixtina, no presenciando, por consiguiente, ninguna de las ceremonias que tienen lugar en el Aula de los Ornamentos, en la Sala Ducal, y en la Capilla Paulina.
En 1878, el Cuerpo Diplomático recibió la invitación, fijando las ocho de la mañana para estar en la Capilla Sixtina, y la función no terminó hasta las dos de la tarde.
Las canonizaciones solemnes, como la que tuvo lugar el 8 de Diciembre de 1882, son aún más largas; pues en esa ocasión recordamos que, a las siete y media de la mañana, ocupaba ya el Cuerpo Diplomático su tribuna reservada, y no terminó la ceremonia hasta las tres de la tarde.