El miedo y la prudencia. Controlar y vencer los miedos.
Cada persona siente el miedo más o menos, o según sea su sistema nervioso.
Convivencia Social. Formación Familiar y Social.
¿Cuándo es legítimo demostrar miedo y cuándo debemos evitarlo?
Cada persona siente el miedo más o menos, o según sea su sistema nervioso. Pero una cosa es sentir miedo y otra cosa es dejarse dominar por el miedo. Podemos sentir miedo, pero debemos dominar las manifestaciones del miedo, como el llanto, el temblor, etc., pues ello es señal de carácter débil y pusilánime.
Es necesario tener miedo al verdadero peligro, para evitarlo, para guardarse de él. Este miedo al verdadero peligro se llama "prudencia". Ejemplo: cruzar la calle por donde no hay guardias ni paradas reglamentarias, es peligroso. Por tanto, una niña debe tener miedo a ese peligro (debe ser prudente), y no cruzar sin observar las direcciones de los coches. Nunca se cruza una calle atolondradamente, sin mirar lo que viene de un lado y de otro. Ejemplo: Hay que tener miedo a bajarse del tranvía y del autobús, porque es peligroso, y nunca debe hacerse fuera de la parada reglamentaria.
Cuando no hay peligro verdadero, debemos rechazar totalmente el miedo. Ejemplo: La oscuridad no es un peligro real (es peligroso andar a tientas, por el posible coscorrón). Pero la oscuridad en sí misma no es peligrosa.
A veces, el peligro existe; pero hay que ir a él valerosamente. Ejemplo: Nos tienen que hacer una operación quirúrgica, y existe cierto peligro, incluso de perder la vida. Pues hay que ir a ese peligro valerosamente.
Otro ejemplo: Un militar tiene que ir valerosamente al frente. Un ciudadano cualquiera, hombre, mujer, niña, en caso de guerra, tiene que soportar valerosamente el peligro de bombardeo, etc. Es en estos casos cuando podemos sentir miedo; pero debemos dominar en nosotras las señales del miedo. Es en estos casos cuando no debemos llorar, ni temblar, pues ante un peligro que no podemos evitar, como un bombardeo, debemos afrontarlo o soportarlo valerosamente.
¿Cuándo hay que ser prudentes?
Hay que ser prudentes no solamente en las calles, sino también en el juego, en la playa y, en general, en todos los deportes.
Buscar el peligro es tonto, imprudente, y no significa valor, sino temeridad. Ejemplo: Es tonto saltar un tramo de escaleras, y es varonil y juego poco bonito escurrirse por la barandilla.
Es peligroso alejarse de la playa nadando. Es igualmente deportivo nadar paralelamente a la playa, a lo largo de la costa.
Es peligroso la "bici" en las carreteras de circulación frecuente, y hay que usarla observando las reglas de tráfico. Es imprudente tirarse de cabeza en piscinas de escaso fondo o de tamaño reducido, etc. Desafiar el peligro por gusto es tonto: una tontería.
No es prudente tomar mucho el sol, puesto que es perjudicial para la piel y puede acarrear congestiones e insolaciones. Y es ridículo exponerse a ese peligro.
Cuando hemos jugado de manera excesiva.
Cuando hemos jugado y estamos acaloradas y nuestra transpiración es excesiva, no conviene beberse un vaso de limonada fría ni de agua helada. Tampoco nos pondremos en una hermosa corriente de aire; hay que tener un poco de paciencia y esperar que se nos pase el calor poco a poco. Si bebemos, lo haremos también a sorbos y sin abusar. De lo contrario, tendremos anginas o enfriamiento, perdiendo clases y diversiones y exponiéndonos a tener que sufrir pinchazos y tomar medicamentos.
Vencimiento del miedo al dolor.
Este miedo podéis sentirlo, pero debéis dominarlo. Cuando este dolor os va a proporcionar un bien. Ejemplo: Dominar el miedo al médico, al dentista, a la inyección. Hay que soportar las molestias que proporcionan las enfermedades con la mayor paciencia y la mayor dignidad. Pues, en estos casos, dejarse vencer por el miedo es indigno. Por amor propio, tenemos que dominarnos. Ser valientes y sufridas es una virtud muy española.
EJERCICIO ESCRITO.
Ejemplos de prudencia. Ejemplo de miedo irreal. Ejemplo de valor. Escribir de memoria algunos consejos a los transeúntes (peatones y conductores).