De qué hablar. Conversaciones de negocios en Venezuela. Temas de conversación
Los temas de conversación son importantes porque nos ayudan a establecer una relación más fluida con nuestros anfitriones o interlocutores
Temas de conversación en Venezuela. Reuniones de negocios ¿de qué hablamos?
No hay relación social, laboral, familiar o de cualquier otro tipo que no conlleve el mantener una conversación o tener un determinado trato con otras personas. El socorrido tema del tiempo en un ascensor está muy bien para unos segundos, pero no es lo mismo estar en una sala de reuniones con otras personas o bien en una comida de negocios. Hay que saber de lo que se puede o no se puede hablar, para participar en cada momento sin poner en ningún compromiso o aprieto a nadie.
El espacio personal: marcar las distancias
Los venezolanos, como latinos que son, tienen una especial predilección por el contacto y la cercanía de las personas. Por lo tanto no debe extrañarnos su cercanía y, en ocasiones, hasta el contacto físico. No debemos tomarlo a mal. Ellos se sienten bien con la cercanía de las personas con las que tratan.
Además de tener un contacto cercano con la otra persona, tanto cuando hablamos como cuando escuchamos no debemos apartar la mirada. Si somos muy esquivos con la mira pueden interpretarlo como un signo de rechazo o desconfianza. Debemos mantener la mirada con nuestro interlocutor, de forma intermitente -tampoco debemos intimar con una mirada muy fija-. Esta forma de actuar denota, además, que estamos prestando atención a lo que nos dicen.
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En toda conversación hay dos premisas fundamentales: saber hablar, sin monopolizar la conversación, y saber escuchar. Respetando estas dos reglas fundamentales no habrá conversación que se nos resista. Prudencia al hablar y atención al escuchar.
Empezar una conversación: ¿de qué hablamos?
Si tenemos que comenzar una conversación podemos hacerlo por: temas sobre su país, historia, turismo, monumentos, gastronomía, etcétera. Logros de Venezuela en el mundo, alguno de sus deportes como el fútbol y el beisbol; su éxito en los concursos de belleza, alabando a la mujer venezolana, etcétera. Tampoco les desagrada que les hablemos sobre nuestro país de origen, sobre sus costumbres, gastronomía, etcétera.
Si queremos tener una conversación tranquila debemos evitar hablar sobre los Estados Unidos, sobre política, sobre religión, sobre temas conflictivos de sus países vecinos, sobre cuestiones personales o intromisiones en su vida privada, sobre cualquier tipo de conflicto interno del país, etcétera. En definitiva, es mejor no tratar ningún tipo de tema que pueda suscitar polémica o incomode a nuestros interlocutores.
En la medida de lo posible, siempre es mejor dejar que nuestros colegas o anfitriones empiecen la conversación, así nosotros solo tendremos que seguirla. Si ellos hablan de alguno de los temas que hemos expuesto como "delicados" es mejor abstenerse de dar opiniones o si las tenemos, darlas de una forma que sean de lo menos comprometidas posibles. También, es una opción decir algo como "no tengo una opinión a este respecto", "desconozco el tema y no puedo opinar"...