Viudas en el silencio: Condenar a las viudas a un silencio eterno. Las reglas de luto más estrictas del mundo en Australia
El peso del luto: Las duras reglas sociales para las viudas de algunas tribus aborígenes en Australia
Las tradiciones sobre el luto entre algunas tribus aborígenes de Australia
Hay reglas de luto que desafían las normas sociales modernas. Vamos a ver una de esas reglas. En Australia, algunas tribus aborígenes tienen costumbres y tradiciones que pueden resultar desconcertantes para aquellos que no están familiarizados con ellas. En particular, hay una costumbre que afecta de manera muy desfavorable a las mujeres y que es especialmente prevalente en algunas tribus de Australia, como los Yamatji y los Yapas
En este caso, hablamos de una costumbre o tradición muy peculiar sobre el luto que supone una auténtica condena para las mujeres cuando fallece su marido.
Cuando un marido fallece, su esposa debe someterse a un período de luto de un año. Durante los siguientes doce meses después del fallecimiento, la mujer es pintada completamente de blanco y se le prohíbe presentarse ante cualquier hombre de la tribu. Además, el complejo sistema de ritos y ceremonias asociados con esta costumbre impone aún más restricciones.
Te puede interesar: Reglas de etiqueta para vestir en un funeral
De hecho, durante el resto de su vida, a menos que se vuelva a casar, algo que no siempre está permitido, la mujer está completamente aislada de la sociedad. No se le permite hablar con nadie, excepto con otras mujeres, y solo puede comunicarse mediante signos y gestos utilizando un lenguaje y mímica propia de la tribu. Estos movimientos solo los puede realizar con sus manos y sus dedos.
Este tipo de costumbres pueden parecer extrañas o incluso inaceptables desde la perspectiva de algunas culturas occidentales, pero para estas tribus aborígenes de Australia, son una parte integral de su vida y cultura.
Por último, hay que recordar que estas prácticas tienen un profundo significado simbólico y ritual para estas comunidades aborígenes, aunque nos puedan parecer extrañas e incluso aberrantes.